Salt Lake City. Sin grandes aspavientos, Jacques Rogge poco a poco ha ido marcando distancia con el legado de su antecesor Juan Antonio Samaranch al mando del Comité Olímpico Internacional (COI).
El cambio de rumbo se hizo patente al intervenir directamente en el escándalo que ha sacudido el patinaje artístico de los Juegos de Invierno.
Samaranch, quien dirigió el movimiento olímpico entre 1980 y el 2001, seguramente se hubiese mantenido al margen del escándalo, tratando de encontrar un solución tras bastidores.
Pero Rogge tomó una posición diametralmente opuesta y formuló una desusada advertencia a la Unión Internacional de Patinaje: estoy hay que solucionarlo ya.
"Queremos enfatizar que se trata de un asunto de gran importancia y que se requiere tomar medidas lo más pronto posible", señaló en su momento el presidente del COI en una carta enviada al jerarca de la Unión, Ottavio Cinquanta.
En sus primeros siete meses al mando del COI, Rogge ha demostrado en diversas formas que se diferencia de Samaranch.
Rogge se está hospedando en la villa olímpica en Salt Lake City en vez de alojarse en hoteles cinco estrellas, como suelen hacerlo los dignatarios del COI.
Posición clara
El nuevo jerarca del olimpismo, de 59 años, también ha adoptado una política de cero tolerancia al dopaje, apertura a la prensa e inclinación al debate.
"Samaranch siempre optaba por manejarlo todo en forma discreta", comentó el historiador olímpico John MacAloon. "Bajo la gestión de Rogge hasta ahora se ha dado una conducta mucho más transparente".
En 1994, los Juegos de Invierno de Lillehammer fueron sacudidos por otro incidente en el patinaje artístico, el que protagonizaron las estadounidenses Tonya Harding y Nancy Kerrigan.
Se tuvo que decidir si se permitía a Harding competir en la justas tras haber sido implicada en una agresión a Kerrigan.
Esa vez Samaranch y el COI mantuvieron silencio absoluto, diciendo que se trataba de un asunto que solo le correspondía resolver a los estadounidenses.
En Salt Lake, Rogge y el COI no han tenido otro remedio que intervenir ante el enorme furor desatado por el fallo de los jueces que privó a los canadienses Jamie Sale y David Pelletier del oro olímpico en la prueba de parejas.
"Quizás en el pasado el debate con la federación se hubiese hecho en privado", declaró el vicepresidente del COI, Kevan Gosper. "Pero los tiempos han cambiado, y Jacques Rogge consideró que era importante que el mundo sepa cuál es la posición del COI".
Él cree que los juegos marchan muy bien y si a este caso se le permite desbocarse, tendría implicaciones negativas.