Sidney. Brasil dejó escapar ayer una medalla de oro que creía tener asegurada, cuando Shelda Bede y Adriana Behar perdieron la final femenina de voleibol de playa ante las australianas Natalie Cook y Kerri Pottharst.
La pareja Bede-Behar, campeonas mundiales en este deporte, fue superada en dos sets , 12-11 y 12-10, y debió conformarse con la presea plateada. Sus compatriotas, Adriana Samuel y Sandra Pires, se quedaron con el bronce al derrotar fácilmente a las japonesas Mika Saiki y Yukiko Takahashi, por 12-4 y 12-6.
Las brasileñas se tenían tanta confianza que la plata y el bronce tuvieron sabor a derrota. En la delegación se entremezclaron sentimientos de tristeza y de felicidad, y una evidente frustración por no haber podido revalidar la medalla dorada, ganada hace cuatro años en Atlanta 96, con la pareja de Pires y Jacqueline Silva.
Brasil tendrá otra oportunidad de ganar una medalla de oro hoy martes, cuando José Marco Melo y Ricardo Santos se enfrenten a los estadounidenses Dain Blanton y Eric Fonoimoana, en la final masculina.
Destronadas
Bede y Behar, con tres campeonatos mundiales a su haber, eran las favoritas para subir al podio con el oro.
"Estamos felices", dijo Bede, pero enseguida se soltó en llanto en la conferencia de prensa. "Las niñas (australianas) jugaron mejor y nosotras nos impacientamos. Pero esto no es el fin", añadió.
"Es una tristeza, queríamos darle hoy (ayer) a Brasil su primer oro en Sidney", dijo Behar. "Dios, la arena (de la cancha) no estuvo con nosotras".
Mientras las suramericanas lagrimeaban, Cook y Pottharst irradiaban una luz de felicidad y mostraban orgullosas sus medallas.
Cook dijo, por su parte, que "le ganamos a las mejores y ahora queremos ser campeonas mundiales".
Las brasileñas lograron ponerse en el primer parcial 10-6, pero la pareja de casa empató e hizo el punto dorado con un saque en que la bola quedó coqueteando sobre la net y cayó felizmente a zona brasileña.
El segundo set fue igual de reñido y las australianas vinieron de menos a más, igualando momentáneamente en dos ocasiones 8-8 y 10-10.
Finalmente, hicieron los dos puntos que le aseguraban el oro, uno de los cuales fue un servicio de Pottharst, muy difícil de encarar para las brasileñas.
Las australianas se lanzaron a la arena para festejar el triunfo, en tanto las brasileñas se dieron un desconcertante abrazo.