A pesar de la insistencia de su padre para que aprendiera a boxear, Yokasta Valle prefería jugar voleibol.
Sin embargo, un día, mientras se entrenaba en el gimnasio de plaza González Víquez, pudo más la curiosidad, y decidió ponerse los guantes para practicar aquella disciplina en la que tanto le había insistido su papá, Rommel Valle.
Desde entonces, se apasionó por el deporte de los golpes reglamentarios, al punto de convertirse en bicampeona centroamericana en el 2013 y 2014.
Su siguiente fase fue pasar al profesionalismo, en el que acumula ocho peleas; se mantiene invicta en la división de las 106 libras y es décima en el ranquin de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).
Ahora,su meta inmediata es pelear por un título mundial y no solo emular, sino superar, los tres cetros de la campeona Hanna Gabriels.
“A mí no me gustaba el boxeo porque lo consideraba muy agresivo, pero una vez que lo practiqué, me enamoré de este deporte. Se requiere mucha disciplina y entrenamiento. En el ring todo es diferente, se siente una adrenalina que no se puede explicar”, comentó Yokasta.

La joven de 23 años, vecina de Paso Ancho y estudiante de Educación Física, no solo impresiona por su determinación en el cuadrilátero, pues siempre va al frente, sino por su simpatía y belleza.
Por eso, pronto fue bautizada como Tica Linda, sobrenombre que no le molesta. “Es simpático, cuando me ven, no creen que sea buena, pero después de los combates, me dicen: ‘Además de bonita, boxea bien y es femenina’”.
“No creo que por ser boxeadora se deba dejar de ser femenina; por el contrario, se puede serlo”, aseguró la pugilista. Ella reveló que la mayoría de los admiradores que tiene son boxeadores, pero por ahora solo se concentra en el boxeo y el estudio.
Yokasta agregó que agradece los consejos de su entrenador, Marco Delgado, y su promotor, Mario Vega, quienes la han guiado con el fin de que pueda perfeccionar su estilo para ser una pugilista más completa y fuerte.
“Para lograr mis metas de llegar a pelear por un título mundial se debe mejorar, tener mayor experiencia y depurar la técnica. Cuando estaba en amateur, era más fajadora; tiraba muchos golpes. Ahora me concentro más, estudio más a las rivales y soy menos alocada”, confesó Valle.
