
Finalmente el tridente de estrellas del Miami Heat se soltó de la correa con la que lo habían amarrado los Spurs de San Antonio en los primeros tres juegos de las finales.
Dwyane Wade fue la chispa para despertar el gran poder ofensivo del Big Three, que anoche se combinó para 85 puntos en la victoria, por marcador de 109 a 93, de visita.
Anoche, por primera vez en lo que va de las finales, James no tuvo que cargar con la pelota, la defensa y el ánimo en las ofensivas. Finalmente encontró los socios que necesitaba para eclipsar el juego de conjunto de los Spurs.
El Rey anotó 33 puntos, bajó 11 rebotes y repartió cuatro asistencias. Los increíbles números que su realeza puede poner en la cancha cuando no batalla solo...
Wade recuperó la confianza y por primera vez en más de tres meses anotó más de tres decenas. Acabó con números de 32 puntos, seis rebotes y cuatro asistencias.
El soporte restante del tridente, Chris Bosh, tampoco lo hizo mal. se tuvo que sacrificar en la pintura para abrir el camino hacia la penetración de sus compañeros.
También aportó 20 puntos al tiempo que bajó 13 rebotes.
Así como la paliza del martes, por 36 puntos, parecía inclinar la balanza hacia los Spurs, el resultado de este jueves lo equilibró todo.
Al fin los chicos de la Florida le encontraron la llave a la férrea defensa de San Antonio. Antes de anoche ningún jugador del Heat había podido anotar dos decenas de puntos ni jugar con comodidad.
En el juego cuatro, Miami no tuvo puntería de triple y no la requirió, pues reencontró el disparo de media distancia y la penetración.
Tampoco fue fácil conseguir el triunfo. Tony Parker (15 puntos y nueve asistencias) tuvo una excelente primera mitad y Tim Duncan (20 unidades) hizo lo posible por vender cara la derrota.
El problema fue que Manu Ginóbili (5 puntos) no tuvo la misma fuerza de otras noches para venir de la banca y mantener al equipo activo sin sus compañeros.
Intensidad. LeBron lo aprendió en las dos finales que perdió: no basta con querer ganar el título, hay que demostrarlo en la duela.
La intensidad fue la clave del partido, la forma en la que los del Heat se rifaron el físico a cada jugada para batallar los rebotes y detener al contrario.
Una gran muestra de ello son los seis robos de pelota que ejecutó Wade. Así como los siete bloqueos que hizo todo el equipo.
Además, James y compañía acabaron con 41 rebotes, cinco más que los rivales. Puede parecer poco, pero en esta serie todo cuenta.
Se empató la final, volverá a Miami para un sexto partido, como mínimo, y los aficionados seguirán disfrutando de una de las mejores batallas por el cetro.