No tengo la menor idea de cuánta gente había ayer en Hyde Park, pero este gigantesco parque, que tiene tres veces y medio el tamaño de La Sabana, estaba repleto de visitantes que llegaron a presenciar el triatlón masculino.
Moverse alrededor del parque era complicadísimo, el público se convirtió en una valla humana que bordeó todo el recorrido del ciclismo y el atletismo y dentro del parque la multitud disfrutaba de los atractivos que tiene este pulmón verde y, a la vez, veía pasar a los lejos a los triatletas.
Fue un lindo paseo para miles de familias que se reunieron en un lugar que ofrece muchas formas de pasarla bien, sobre todo para los niños, las personas que les gusta convivir con la naturaleza y aquellos quienes disfrutan el hacer deporte.
La escogencia que hizo el Comité Organizador de estos Juegos Olímpicos no pudo ser más acertada, pues convirtieron la competencia de triatlón en una fiesta completa.
Y para ponerle la cereza al pastel, los británicos pudieron celebrar el triunfo de dos de sus representantes, los hermanos Alistair y Jonathan Brownlee, quienes se colgaron las medallas de oro y bronce, respectivamente.
Los visitantes al parque pudieron disfrutar de un día fresco, pero sin lluvia, de las zonas verdes, los hermosos jardines, las atractivas fuentes, los puestos de bocadillos y comidas rápidas, la brisa refrescante y las aguas tranquilas del lago Serpentina, que sirvió de escenario para el tramo de natación.
La policía y los voluntarios que trabajan con el Comité Organizador se juntaron en un gran operativo que permitió presenciar una actividad muy ordenada y segura, sin mayores contratiempos y que ayudó a que los espectadores pasaran un día apacible.
Los turistas también gozaron de muchas posibilidades de tomarse fotos para el recuerdo en puntos claves como la estatua de Peter Pan, donada por el propio escritor James Barrie, inventor del famoso personaje. Ahí muchos recordamos nuestra niñez y aprovechamos para tomarnos la foto con el “Niño que nunca creció”.
También estaban las Fuentes Italianas, El Memorial a la Princesa Diana y El Rincón del Orador como algunos de los puntos más llamativos dónde dejar impreso para el recuerdo la visita inolvidable a uno de los parques más famosos del Reino Británico.