El Ironman 70.3 de Boulder, en Colorado, Estados Unidos, tiene un significado especial para la costarricense Mauren Solano, porque ahí mismo debutó en la distancia y la semana anterior volvió a competir después de una lesión que la atormentó desde 2018 y hasta mediados de 2020.

Solano, de 26 años, arrastró un padecimiento en la pierna izquierda, conocido como endofibrosis de la arteria ilíaca externa, es decir, que la arteria está tan estrecha que el riego sanguíneo se reduce significativamente, produciendo hormigueos y fuertes dolores.
A la atleta le costó conocer ese diagnóstico, y pese a las molestias constantes hizo varias carreras, hasta agosto de 2019, cuando el doctor Marcial Fallas, especialista en vascular periférico, halló su lesión.
Solano paró por completo y el 28 de noviembre entró al quirófano por primera vez, sin imaginar que no sería la última.
“Fueron dos heridas muy grandes. Cuando terminó la operación, pasaron 15 días y ya incluso me habían quitado las grapas, pero yo le comentaba al doctor que el dolor seguía, incluso era peor”.
Esas sensaciones no estaban dentro de lo presupuestado y el 16 de diciembre ingresó de emergencia a la sala de operaciones.

“Tenía un coagulo de sangre, entonces era muy peligroso. Estaba muy débil, porque boté mucha sangre. La operación fue muy complicada, pasaron dos días, me revisaron y el doctor me dijo que tenía otro coagulo. Yo no lo podía creer”.
La arteria aún no estaba sana y entre la incredulidad y el dolor, a Solano le hicieron la tercera operación con internamiento, porque luego vendría otra ambulatoria, en julio de 2020.
De hecho fue hasta ese momento, cuando la triatleta de larga distancia se sintió 100% recuperada.
La emoción por volver a montarse en la bicicleta, ponerse las tenis o nadar en la piscina era inevitable, pero la también educadora física llevó su proceso con paciencia.
En medio de la pandemia, la suspensión de eventos le sirvió para ir paso a paso, aunque siempre con la mente en Boulder.
En junio de este año recibió el alta médica, después de chequeos mensuales, y por ahora solo se mantiene consumiendo anticoagulantes.
Cuando el médico le dio el banderazo de salida para entrenar y competir, el deseo de la atleta era estar de nuevo en un Ironman, pero además, hacerlo al 100%, algo imposible desde hace casi cuatro años.
“Me fue super bien, siento que volvió la Mauren de antes, la verdad muy feliz porque yo dije lo voy a hacer progresivo, si me siento bien voy dándole más duro. En la natación me fue bien, en el ciclismo hubo mucho viento y cuestas, pero en la corrida la exploté. Me sentí demasiado bien”, cuenta entre risas.
Fue una combinación entre buen estado físico y satisfacción personal de volver a la ciudad donde debutó, con la tranquilidad de que la cicatriz que lleva en su abdomen y pierna son solo un recuerdo de un momento difícil.
Mauren concluyó los 1.900 metros de natación, 90 km de ciclismo y 21 de atletismo en un tiempo de 5:01:30. Eso le permitió colocarse de tercera en su categoría (25-29 años), 42 en la clasificación general femenina y clasificarse al Mundial de Medio Ironman, el cual será en Utah, Estados Unidos, el próximo mes de setiembre.
Solano, conocida por su energía y positivismo, vio la recompensa, tanto en el resultado como en el apoyo de su familia, amigos y los triatletas aficionados.
“Esa red de apoyo ha sido primordial en mi carrera deportiva, porque hubo muchos años de silencio, nadie hablaba de Mauren porque cuando no hay resultados no es interesante, pero la gente siempre ha estado preguntándome cómo estoy. Es super bonito ver los mensajes de apoyo y lo primordial es ese calor de la gente, porque motiva bastante”.
