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Sherman Guity no solo ganó la medalla de oro, en los 200 metros lisos, sino además impuso un récord para los Juegos. Cortesía
Cuando las dudas rondaban su mente, las desconcentraciones le hacían tambalearse o bien no se sentía cómodo antes de una carrera, el velocista Sherman Guitý recuría a tres pilares para enderezar su camino y retomar la senda del éxito y el optimismo.
Su apoyo mental fue la psicóloga del Comité Olímpico Wendy Zúñiga; en la parte física el taekwondista Andrés Molina, quien era su espejo en las fases de entrenamiento, por su dedicación y constancia; y en la parte técnica, estratégica y de preparación, su entrenador Emmanuel Chanto.
Precisamente, Chanto fue en gran parte el artífice del éxito de Sherman, quien este sábado conquistó la medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Tokio, al imponerse en la prueba de los 200 metros lisos categoría T64.
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Guity se dejó la presea con un tiempo de 21 segundos y 43 centésimas (21.43), imponiendo así un nuevo récord de las justas y derrotando al alemán Felix Streng (21.78) y al estadounidense Jarryd Wallace (22:09).
El anterior registro le pertenecía al estadounidense David Prince, con 22.01, impuesto en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro Brasil en 2016.
A su histórica presea dorada, se le debe agregar la de plata en los 100 metros lisos, con un crono de 10.78, la cual ganó el 30 de agosto.
Una lluviosa noche en el Estadio Olímpico de Tokio fue el escenario perfecto para el atleta que hace cuatro años perdió su pie izquierdo en un accidente de tránsito y estando aún en cama prometió volver a correr y convertirse en el mejor paratleta de nuestro país.
Ni siquiera una sanción de dos años por un resltado positivo en una prueba antidopa le impidió cumplir su objetivo al limonense.
Largas charlas. Emmanuel Chanto, quien durante los últimos seis años entrena a Guity, explicó que a pesar de no haber viajado a Japón por motivos personales, tenía claro que Sherman contaba con todas las armas para triunfar y cumplir sus metas.
“Sherman habló mucho con la psicóloga, sobre sus objetivos y los deseos que tenía de imponer una marca en los Juegos. Él le insistía que sí lograba una marca paralímpica tenía grandes opciones de conquistar la medalla de oro”, explicó Chanto.
Las conversaciones con Zúñiga tenían que ver mucho con la concentración, el repaso de la carrera y cómo evitar los errores.
“En ambas finales, tanto en el 100 como el 200 metros, él interpretó muy bien lo queríamos hacer y allí también entra un poco la psicóloga. En ese trabajo donde se da el repaso de lo que se quiere lograr y tener una noción más consciente, como el sentir del cuerpo se debe hacerlo paso a paso, para que al final todo salga correctamente”, añadió Chanto.
Misma meta. Aunque no son compañeros de entrenamiento, el taekwondista Andrés Molina y Sherman están bajo las órdenes de Chanto, debido a que el oriundo de San Isidro de El General es el preparador físico de la Selección de Taekwondo.
“Si yo soy el papá adoptivo de Sherman, en el caso de Andrés es como mi sobrino. Es una persona que lleva al pie de la letra los entrenamientos, es como un relojito y eso es un ejemplo para Sherman. La intensidad, el esfuerzo y el realizar los ejercicios adecuados”, comentó Chanto.
“Parte de la concentración es poder replicar lo que ha entrenado, eso que se ha metido en la cabeza, que siga las instrucciones porque no se puede llegar a la pista a inventar. En ambas carreras él (Guity) interpretó muy bien la información. Andrés insistió en la intensidad del calentamiento, como se lo pedí y al final se ganaron las dos medallas, tras un trabajo bien ejecutado ”.
Ese esfuerzo en conjunto fue el que al final permitió volver a observar el Pabellón Nacional en el mástil más alto del Estadio Olímpico de Tokio y escuchar el Himno Nacionalde Costa Rica, 25 años después de que Claudia Poll ganara la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, al imponerse en los 200 metros libre.