
Rosol, número 100 de la ATP, desquició desde el primer
Tras un primer
Se rehizo en el siguiente
Tras el parón, Rosol supo imponer de nuevo su potencia ante un Nadal desconocido.
El mallorquín, campeón dos veces en Wimbledon y finalista en cinco ocasiones, saltó a la pista concentrado y no necesitó los cuatro primeros juegos para arrancar, como le ocurrió en su debut en el torneo, el pasado martes.
El checo, de 26 años de edad, solo había jugado un juego de dobles el pasado año en Wimbledon, y tardó varios minutos en aclimatarse al silencioso escenario de la pista central, que impone respeto hasta a los tenistas más experimentados.
En los primeros compases, Rosol aparentó no tener recursos suficientes para enfrentar al mallorquín, recién coronado por sétima vez en Roland Garros.
Tras dos horas y cuarto de partido, el checo aprovechó su segunda bola de
Nadal no perdía la concentración, y en el quinto juego del cuarto
El español acabó rápido con la manga (6-2) y se lanzó hacia el asalto final, pero el juez de silla impuso un receso de media hora para echar la cubierta de la pista central y encender la luz artificial.
Al reanudarse el encuentro, sin embargo, Nadal parecía haber perdido el ímpetu ganador con el que se había ido a la pausa y Rosol pudo volver a romperle el servicio al inicio de una manga en la que, de nuevo, el mallorquín no encontró su habitual genio para sobreponerse.
La última vez que Nadal cayó en una segunda ronda de Grand Slam fue también en Wimbledon, en 2005, ante el luxemburgués Gilles Muller en cuatro