Aquel muchacho de San Isidro de Heredia que comenzó a andar en bicicleta a los 17 años tenía buena pinta y se le veía talento. Muy pronto lo acogió la familia de José Antonio Herrero en un equipo grande, que en ese momento era El Globo.

Con 19 años, Román Villalobos pedaleó en su primera Vuelta a Costa Rica, sin imaginar que con el paso del tiempo, esa carrera le depararía sufrimientos y alegrías.

En esa época, Alexánder Sandoval lo bautizó como ‘Manzanita’, un apodo que ya muy pocos se lo dicen, pero con el que se siente identificado.

Cuenta entre risas que a su compañero chileno Pablo Alarcón le dicen así sus compatriotas y se ha dado que al escuchar el ‘Manzanita’, vuelve a ver de forma involuntaria, porque cree que es lo que están llamando a él.

Aunque ya tenía una Vuelta encima, quedó fuera del equipo para la edición del 2010, una decisión que en ese momento le sacó las lágrimas, pero que hoy agradece. Estaba pasado de peso y físicamente no se encontraba listo.

“Subía mucho, pero no tenía fuerza para el plano ni bajando, entonces al final sí se veía que era falta de fuerza. Eso fue una gran lección y hoy sé que en este momento no puedo ir a comprarme un combo a un restaurante de comidas rápidas. Si en ese momento no me hubieran bajado de la bicicleta para hacer pretemporada y fortalecer, tal vez no estaría pasando un buen momento ahorita. Fue un aprendizaje”, apuntó Villalobos en una charla extensa con La Nación.

Retornó al giro a la tica en 2012, un año en el que finalizó subcampeón, a 54 segundos del colombiano Óscar Sánchez, a quien hoy tiene de compañero en el equipo continental Canel’s Specialized. Hace seis años se veía que él era el más fuerte de su escuadra, pero por un respeto a las jerarquías, insistieron en que Villalobos debía trabajar en ese momento para Juan Carlos Rojas.

En el 2014 ganó una etapa y terminó cuarto en la general; mientras que en 2015 de nuevo fue subcampeón, en una edición recordada por muchos porque quedó a 17 segundos y fue cuando se cayó porque se le atravesó un perro.

Tras eso se marchó a México con el Canel’s Specialized y vino a correr la Vuelta como capo del cuadro extranjero de Juan José Monsiváis. De nuevo, estuvo en la pelea contra los hermanos César y Juan Carlos Rojas, quedando tercero en la general.

Hace un año, capitaneó al Nestlé 7C CBZ Giant y Villalobos hizo una actuación importante, al punto de que está a la espera de que se resuelva el caso de dopaje masivo en el que se vieron involucrados los Rojas, quienes están suspendidos provisionalmente desde inicios de año. En caso de que ellos sean declarados culpables, la corona recaería en Román.

Sin embargo, su gran sueño es subir al podio para vestirse de amarillo y alzar el cetro de campeón.

“Al final yo creo que a uno le gustaría disfrutarlo en el momento y estar ahí en el podio. Gracias a Dios he tenido la oportunidad de estar en muchos podios de la general, pero en casa ajena. He ganado dos Vueltas a Guatemala, en México la Vuelta a Tlaxcala, he tenido la oportunidad de ganar carreras en Chile, en Argentina, pero nunca se me ha dado la gran esperada Vuelta a Costa Rica”, indicó.

Él se siente privilegiado, porque su presencia en el podio se ha vuelto recurrente y hay muchos corredores que no han vivido esa experiencia.

Favoritos

A partir de este miércoles, Villalobos tomará la partida en su sétimo giro a la tica.

“Sabemos que las Vueltas a Costa Rica y siempre he llegado con la mentalidad de ganar. A pesar de las circunstancias que presenta la carrera siempre salgo con ese objetivo. A veces he tenido etapas en las que me han metido mucho tiempo, pero al otro día me levanto y salgo con la misma mentalidad que empezamos, que es buscar la carrera y me trato de levantar de ese golpe y la estoy disputando”.

Considera que para esta edición hay mucho nivel y que será una carrera complicada, con mucha montaña y con rivales colombianos que vienen en muy buena forma.

“Máxime que el equipo de Luis Cely que tiene patrocinio de Costa Rica (TCBY), creo que son los grandes favoritos. También sé que soy de los favoritos por todo lo que ha conllevado estos últimos años, que la he tenido para meterla y la pego en el poste, fallo y siempre he estado así y no se me ha dado”, afirmó.

Insiste en que la Vuelta cada año es diferente y que hay que sortear mucho las dificultades que se presentan como enfermedades, caídas, o lesiones. En los últimos años, él ha tenido buena salud en carrera, quizás lidiando con un resfrío o alguna infección.

“Pienso que favoritos en esta Vuelta se puede decir que Nestlé 7C CBZ Giant sabe llevar muy bien la Vuelta, tiene ciclistas de mucha clase, excompañeros que los conozco muy bien y sé lo que pueden dar, Joseph Chavarría, Daniel Bonilla y Bryan Salas. Yurandir (Leandro) es un gran técnico y es muy rescatable que es uno de los equipos que van a estar en la disputa”, citó.

Y agregó: “El otro equipo es el de Luis Cely, que sabe lo que es ganar una Vuelta a Costa Rica porque lo hizo con mi compañero Óscar Sánchez. Acaban de ganar los dos Grandes Premios y demostraron que tienen el nivel para disputar la carrera”.

Según Villalobos, ese TCBY Strongman Coldeportes es de cuidado, porque ya fueron protagonistas en la antesala y tienen dos escaladores fuertes como Aristóbulo Cala y Brayan Hernández.

“En el caso de nosotros traemos un equipo estructurado para escalar. En el caso de Efrén (Santos), Eduardo Corte, mi persona y Sánchez. Óscar está pasando un buen momento y viene con la ilusión de ganar la Vuelta otra vez, desde 2012 no está en nuestro país y es uno de los favoritos, pero es compañero, entonces vamos a unir las fuerzas”.

De una vez advirtió que no hay egoísmos y que la carrera dirá quién está para luchar por el título.

“Si se le da a él sería importantísimo porque la victoria quedaría en el equipo y entonces no lo veo como un rival, sino como la mano derecha de él para mí y yo para él. Vamos a hacer un conjunto para disputar la carrera. Puede ser que se haga una fuga y se le dé a él para que saque tiempo y ahí esté la Vuelta, o conmigo”.

Recalcó que la Vuelta se va a jugar así y que siempre hay que ver qué sorpresas presentan los otros equipos, extranjeros y nacionales.

Montaña dictará sentencia

“Según la topografía de esta Vuelta, el ciclista que esté más fuerte de todos es el que va a ganar, porque al final las etapas de montaña son muy duras y ahí no va a mandar rueda, no va a mandar nada. La Vuelta va a poner a cada ciclista en su lugar y va a ganar el que esté mejor preparado físicamente”, reflexionó.

Las estrategias van a pesar, porque un buen planteamiento puede desgastar a los equipos que se presenten fuertes.

“Creo que aquí casi todos estamos encerrados en un crucigrama, todos nos conocemos, sabemos nuestras debilidades y fortalezas y al final creo que cuando llegue la alta montaña y se rompa el grupo va a salir el ciclista que esté más fuerte y creo que no se va a presentar que haya tres o cuatro corredores con pocos segundos porque la alta montaña que hay es muy difícil”, argumentó.

Villalobos piensa que la única forma de que un pedalista saque minutadas de ventaja sería mediante una fuga.

“Veo muy difícil que haya un ciclista que rompa la carrera y que saque unos 15 minutos, ya creo que eso no, ya es suficiente de que pasen esas cosas y no creo que haya un ciclista que desgrane la carrera y saque tantas diferencias porque a lo que se ha visto en el pelotón, por ejemplo en Michoacán, antes de que se hiciera la fuga no eran más que por segundos la diferencia, porque la carrera estaba por bonificaciones”, contó.

Pero cualquier cosa puede pasar en una Vuelta cargada de montaña.

“Si hay un ciclista que rompa, sí va a sacar sus minutos, pero no minutadas, entonces creo que la carrera va a estar muy bonita y que el líder que llegue de Pérez Zeledón a Llano Grande, tendrá que tener un colchón de minutos para que sea el ganador”.

A diferencia de años anteriores, no habrá contrarreloj y aunque Román se defiende bien en esa modalidad, porque es un pedalista muy completo, cree que no hará falta, porque “la Vuelta está diseñada totalmente para escaladores”.

“Es una Vuelta que está diseñada para que haya exhibición de ciclismo, emoción para la afición, habrá etapas muy bonitas como la de Llano Grande donde se hace sentir la afición de Cartago. Nadie se va a querer perder lo que pasará al subir las pendientes de Llano Grande después de haber afrontado el cerro de la Muerte”, relató.

También dijo que “la del Zurquí es una etapa que hace años no se hacía, la llegada a Grecia también es particular, en Cambronero siempre hay mucha gente, así como la de Tucurrique a Paraíso y creo que la carrera va a estar dura”.

El ciclista que se hizo su afición

Año a año, a la orilla de la carretera se escucha el apoyo para todos los integrantes del pelotón, pero en el caso de Román, él se ha ido ganando a su propia afición, al ser tan combativo.

“La gente piensa que me merezco una Vuelta por tantas oportunidades que he tenido de disputar el título y no se me ha dado. Salgo con la mentalidad de ganar, siempre tocando los pies sobre la tierra con la realidad. Si estoy para ganar bien, si hay un ciclista mejor que yo, pues ver de qué manera hacerles daño en temas de estrategia y eso, pero si con la realidad de que si hay alguien mejor que yo, tampoco es que me voy a desmotivar y que eso ocasione un estancamiento en mí”, indicó.

Dijo que cada año trata de llegar de la mejor manera, en un buen estado físico.

“Ese movimiento pro Román es de mucha motivación y alegría, yo en carrera me doy cuenta de que eso pasa donde hay gente y en las redes sociales también y uno quiere devolverles la alegría con un buen resultado. Sería muy bonito poder proclamarme campeón, porque sé que la Vuelta va a tener un nivel muy bueno y si lo logro será muy rescatable, porque hay muy buenos ciclistas y equipos para ganar, pero primero hay que correr las diez etapas que van a ser durísimas”.

Casi toda la temporada la disputó fuera de territorio nacional. De hecho, en este año vivió más en México que en Costa Rica.

“A uno siempre le gusta correr en su casa, me he identificado mucho con la afición de México también que me apoya muchísimo y agradecido con ese país que me ha acogido, que ahí me siento como en casa también. Si existe el sentimiento, pero hay que ser realistas. El ciclismo ahorita está pasando un momento difícil, porque casi no ha habido eventos y hay que tener mucha tranquilidad”, apuntó.

No es que él se fue y no está pendiente de lo que ocurre aquí. Al contrario, dice que a él le preocupa que haya pocas carreras, aunque no esté en el país.

“Es difícil porque tengo muchos compañeros corriendo aquí, que los aprecio, cuerpos técnicos, la casa que siempre me ha acogido que es la de los Herrero y uno quiere que estén bien, que estos equipos se mantengan y yo soy de los que estoy cruzando los dedos para que salgan patrocinios y estén mejor, porque al final el ciclismo está pasando momentos difíciles y yo les deseo que ellos estén bien, son como mi familia”.

Por eso, estar en la Vuelta también lo hace caer en cuenta de que se encontrará excompañeros que son rivales desde la salida hasta la meta, pero que al final, son sus amigos de siempre.

"Es una competencia sana, no se va a vivir ese momento incómodo de que uno esté corriendo y que vaya a tener problemas con ciertos ciclistas. Es una Vuelta que se va a disfrutar mucho y se va a disfrutar sufriendo (ríe...).

Gael coquetea con la bici

La entrevista de 30 minutos terminó con una pregunta, no para el ciclista, sino para el papá, porque su pequeño Gael, de tres años y cuatro meses, ya muestra mucha afinidad con la bicicleta. Y no podía ser diferente, si siempre ha visto a Román con casco, enterizo y zapatillas.

“Yo para mi hijo siempre voy a desear lo mejor, me gustaría como papá que sea un gran ingeniero, un astronauta, lo mejor para él. Si se inclina por el deporte lo voy a apoyar, músico, bailarín o lo que decida… uno como papá tiene que estar en esos momentos y la verdad es que mi hijo tiene un papá responsable que siempre lo va a apoyar”, respondió al consultársele si le gustaría que su retoño siga sus pasos en el ciclismo.

Villalobos no dice sí o no, pero reconoce que Gael muestra cierto coqueteo con la bici.

“Sí sé que está esa espinita, me ve uniformado de ciclista y le digo que voy a entrenar. Ya él sabe que es el trabajo. Al otro día le digo lo mismo y me responde que si otra vez, que es de todos los días”.

Pero aparte de entrenar, Román también tiene que ir a darse una vuelta con él.

“Me gusta cuando me dice: ‘Papá vamos a andar en bici’. Él lo ve como un juego y quiero que lo tome como esa diversión y ya cuando escoja lo que realmente quiere, lo voy a apoyar. Al final quiero que sea deportista por salud, porque esto da disciplina, pero quiero que estudie para que tenga armas para defenderse en esta vida tan complicada de adulto”.

En su caso, asegura que sí le hubiese gustado estudiar, “pero era bastante cerrado, entonces topé con el privilegio de ser muy bueno en el deporte, he logrado mucho en el ciclismo, estoy maduro para tomarlo con responsabilidad, porque sé que me va a llegar el momento de retirarme y que tengo una familia que alimentar”.

A sus 28 años, el pedalista tiene un chip distinto al de la mayoría de ciclistas de América, que tratan de alargar su edad deportiva lo más que puedan.

“Soy consciente de que este deporte tiene su principio y su final y sé que va a llegar y hay que tomarlo con responsabilidad y madurez, porque será pronto, no quiero llegar a andar en bici con mucha edad, ya ser viejo y seguir. No obstante, no quiero separarme del ciclismo. Al final, yo sé que Gael se identifica con esto porque siempre me ha visto en la bici, no lo veo interesado en la bola. Creo que sale músico, deportista o estudiante".

Si a futuro decide ser ciclista, Gael ahí tendrá a sus papás, Román Villalobos y Daniela Robles, apoyándolo.

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