
LOS ÁNGELES. AFP. LeBron James quiere dejar de ser un rey sin corona y aspira al trono de la NBA con sus Cavaliers de Cleveland, camino que comenzará a transitar hoy cuando arranquen los play-off, y que podría terminar en una final contra los Lakers de Los Ángeles y su soberano Kobe Bryant.
La postemporada de la NBA se pondrá en marcha con los siguientes cuatro pareos en la Conferencia Este: Cavaliers vs. Detroit Pistons; Boston Celtics vs. Chicago Bulls; Orlando Magic vs. Filadelfia 76ers y Atlanta Hawks vs. Miami Heat.
En el Oeste, las series serán Lakers vs. Utah Jazz; Denver Nuggets vs. Nueva Orleans Hornets; San Antonio Spurs vs. Dallas Mavericks y Portland Trail Blazers vs. Houston Rockets.
De la mano de James, los Cavs terminaron con el mejor récord de la campaña regular (66-16) y abrirán la primera ronda de postemporada ante unos Detroit Pistons muy disminuidos en relación a años anteriores.
James ya estuvo a un paso del trono en la final NBA de hace dos años, cuando sus “caballeros” fueron barridos en cuatro juegos por San Antonio, pero ahora Cleveland es fuerte favorito, con la ventaja de local en todos los partidos de play-off que tenga por delante.
“Ahora tenemos más armas para pelear por el anillo de campeón. Estamos a un paso, pero es un gran paso el que debemos dar”, señaló James en vísperas del primer partido contra Detroit.
En la campaña regular James promedió 28,4 puntos, 7,6 rebotes y 7,2 asistecias por juego. Pero el gran secreto de los Cavaliers ha sido el desempeño superior de sus otros elementos, como los bases Mo Williams (17,8 puntos por encuentro) y Delonte West (11,7), el centro lituano Zydrunas Ilgauskas (12,9) y el reserva brasileño Anderson Varejao (8,6).
En la temporada regular los Cavaliers le ganaron 3-1 a los Pistons la serie particular.
En el Oeste, los Lakers debutan el domingo ante Jazz, rival accesible y al que le ganaron dos de tres juegos este año.
La troika formada por Bryant, el español Pau Gasol (18,9 puntos y 9,6 rebotes) y el centro Andrew Bynum (14,3 y 8) ha resultado imparable, y permitió a los Lakers cerrar con el segundo mejor récord de la liga (65-17).