Claudia Poll tuvo que hacerse invencible, no tenía otra opción. Las rivales la invitaban a torneos para grabar sus movimientos y estudiarla al máximo.
Además, en Costa Rica entrenó en las madrugadas, en una piscina de agua fría.
Su entrenador Francisco Rivas reveló a La Nación muchos detalles de la preparación que tuvo Claudia, en el marco del 20 aniversario de la medalla de oro que ganó en Atlanta 96.
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Rivas es el técnico entrenador más ganador en la historia del deporte de Costa Rica.
Sus atestados son su mejor carta de presentación porque inició su éxito olímpico con María del Milagro París, quien quedó en sétimo lugar de los 100 metros mariposa en los Juegos Olímpicos de Moscú 80; obtuvo una medalla de plata con Sylvia Poll en 200 metros libre en Seúl 88; y culminó la gesta con el oro y dos bronces de Claudia Poll, la primera presea en Atlanta 96 (200 metros libre) y las otras dos en Sidney 2000 (200 y 400 metros libre).
Él demostró que en Costa Rica se pueden preparar atletas para que suban a lo más alto del podio mundial y en este momento, sueña con llevar a algún nadador a los Juegos Olímpicos del 2020 o 2024.
Entrevista completa
¿Cuál fue la diferencia de trabajo de preparación con Claudia que en procesos anteriores?
Con María del Milagro París no salimos tanto del país, porque hasta Miami llegamos a torneos de fogueo. En el segundo proyecto estuvimos en Canadá y en Estados Unidos, pero nunca en Europa. El caso de Claudia fue diferente, ella hizo la mayor parte de la preparación en Europa, Australia y Asia; viajamos muchísimo y la metodología era totalmente diferente, no en lo técnico, sino en la planificación.
"Si queríamos llegar al oro, teníamos que hacer más que en los dos procesos anteriores".
¿Competir en Europa, Asia y Estados Unidos era para foguearse de una vez con las rivales de los Juegos Olímpicos?
Sí, de hecho era un grupo muy familiar. Casi siempre las primeras ocho eran muy repetidas y la gran mayoría amigas personales de ella, se conocían tanto que no teníamos secretos, todos nos conocíamos y era poca la estrategia que podíamos cambiar.
¿Las rivales invitaba a Claudia a competir?
Nos invitaban para estudiar a Claudia, era más fácil estudiar a Claudia que nosotros a ellas. Estuvimos cualquier cantidad de veces en Australia y nos filmaban por arriba y por abajo, la frecuencia de sus brazadas, la respiración, todo lo analizaban y eso era para medirla.
"Nosotros no podíamos hacerlo (hacer torneos aquí), pero íbamos y eso fue formando a Claudia como una deportista invencible en todas sus competencias por la fortaleza que tenía y por la seguridad".
¿Y pasaron anédoctas?
En alguna oportunidad llevamos una bandera de Costa Rica que medía un metro, nos sentamos en la gradería, poníamos la bandera y a la par nos tocó el principal país del mundo en natación que era Estados Unidos y ellos llevaban una bandera diminuta. Era una referencia de la fortaleza, el nombre de Costa Rica era gigantesco, Costa Rica era gigante entre los gigantes.
¿Por qué rechazó ofertas para entrenar a Claudia en el extranjero aduciendo que en el país se podía forjar una medalla de oro?
Era necesario salir, pero Claudia es muy apegada al terruño, es mucho del gallo pinto, de todas las comidas locales (ríe) y nunca colaboró. Los atletas a nivel mundial consumen mucho dos productos de Costa Rica: el café negro antes de competir y el banano para evitar los arratonamientos, fruta que Claudia no puede comer antes de la competencia porque le cae malísimo, y nunca ha tomado café, entonces nos reíamos de esas situaciones porque Claudia nunca hacía lo del resto del mundo.
"Lo más importante de salir era el roce internacional, la seguridad, estar probando y valorizando cómo competía ella. Nunca estuvimos muy enfocados al resto del mundo, sino en lo que ella iba produciendo.
La mayor parte de la preparación física la hicimos en Costa Rica porque estábamos a 1.200 metros de altura y es casi un tipo de entrenamiento de altura, con aguas frías, teníamos montaña; trabajamos mucho en el Bosque de la Hoja (San Rafael de Heredia), algunas veces en las faldas del volcán Irazú en ciertas etapas de preparación.
Pero sí vinieron otras delegaciones a entrenar aquí...
Vinieron delegaciones de Rusia, Alemania y Estados Unidos a entrenar a la piscina en donde practicaba Claudia y nunca lo creían, primero por el frío. Decían que los metíamos ahí para que no supieran dónde entrena Claudia, pero ella entrenó en agua fría siempre y a 1.200 metros de altura. Lo correcto era entrenar en agua temperada y a nivel del mar, pero no lo hicimos, no por estrategia, sino porque es la realidad de nuestro país.
"De esa realidad hicimos un valor, algo extraordinario y la razón era que si entrenamos a 1.200 metros de altura, si lo hacemos con agua fría y rinde aquí, qué va a hacer en otro lado. Y así lo hicimos siempre, no era lo que yo hubiera querido.
El principal trabajo es mental, el 95% de nuestro trabajo se enfoca en el aspecto mental y un 5% a la práctica deportiva con el efecto físico y ahí fue donde ella se fortaleció y fue por lo que puedo decir que prácticamente se hizo invencible".
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¿Cómo eran los entrenamientos de Claudia, salía llorando de la piscina, siempre le iba bien o no?
Está la pretemporada que en natación es de tres meses y se puede subir unas onzas, unas libras si quiere, puede comer lo que quiera, es un tiempo para recapacitar, físicamente es para recordar todo lo que se hizo en la temporada y prepararnos también, es menos el trabajo que hay en el agua sobre factores de rendimiento y es más el trabajo de preparación física y trabajos complementarios en pesas, corriendo, un fin de semana para ir a la playa o una fiesta.
"Después de esos tres meses se acabó y viene una fase preintensiva con 50% de velocidad, 50% de resistencia y terminada esa fase, cinco meses intensos, cada vez es más duro el trabajo, pero el atleta lo entiende, un mes antes de la gran competencia y se acabó la temporada. Volvemos con la nueva, el atleta que se sume y acepte eso, fácilmente tendrá éxito.
La pregunta con Claudia era qué estará haciendo el resto del mundo en las últimas dos semanas del año, porque en Costa Rica paran, no entrenan, todo se suspenden y nosotros entrenábamos más duros, a pesar de tener el éxito.
Después de Atlanta, a los dos días, estábamos entrenando nuevamente, más que teníamos cierto resentimiento porque el tiempo no fue muy bueno y tuvimos una discusión, entonces teníamos que entrenar fuerte.
Competimos con el sentimiento de Costa Rica, Claudia lloraba y todavía lloramos porque sentimos la bandera, los colores y este es un deporte amateur, las manifestaciones del país fueron extraordinarias".
¿Qué le dice ese 1:58:16, es un oro, pero el tiempo?
No es el tiempo que queríamos, no era lo correcto. El criterio subjetivo es que no la vi competir bien, que los ritmos no estuvieron bien, pero lo que vale es el tiempo y no fue el mejor tiempo y tuvimos una discusión.
"Ya lo habíamos planeado, el resultado lo analizamos en un minuto, nada más, nos vamos a decir lo que haya que decir y después celebramos y así es.
Nos abrazamos, yo reclamé todo lo que tenía que reclamar, dije todo lo que me molestó y después nos abrazamos y lloramos porque lo hizo muy bien (llora)".
¿Qué fue lo que usted le dijo que debía hacer?
En el primer 100 ella no debía engolosinarse, venía de un récord mundial en Brasil, hacía unos meses atrás y nunca anticipamos lo que podía pasar.
"Franziska van Almsick (alemana favorita para ganar el oro) le tenía temor, era como la revancha para ella y yo le dije: 'Claudia, no cometas el error de irte adelante', pero Claudia pasó los primeros 100 metros adelante y mi corazón se iba a salir. Yo solo decía: 'No, no, no...'; porque estaba claro que Franziska iba a acelerar, ahí mataba a todas sus rivales y efectivamente aceleró, pero Claudia aceleró más. Yo pensaba que Claudia ya no podía y había una diferencia enorme en el estilo.
Franziska tenía un motor fuera de borda en sus piernas y Claudia no, porque su técnica era de patada alterna trabajando con el tren superior, con sus brazos, entonces yo tenía miedo de que no iba a aguantar y todavía hasta los 175 metros iba adelante, ahí me dije, 'tal vez sí pueda' y pudo. Al final aguantó y terminó de primera.
¿Qué pasó al ver eso?
Tenía un conflicto de sentimientos, qué bien que lo hizo, pero bueno... Eso nos dio energía para la siguiente temporada, trabajamos muy duro, hasta que hizo el mejor tiempo de su vida en un minuto con 57 segundos, y ya hicimos las paz.
"Hicimos un cambio de programa, habíamos trabajado en piscina larga, de 50 metros para los Juegos Olímpicos, del 97 al 2000 trabajamos en piscina corta y fueron años más duros todavía, teníamos que entender que el nivel va descendiendo ya hay un nivel que no se vuelve a lograr, pero llegamos a Sidney con la capacidad para verla en la final y con dos bronces".
¿En Atlanta tenían algo pensado en el 400 libre?
Sí, el 400 se fue con la emoción del 200, no supimos manejarlo. Claudia ganó el 200, en ese momento nos llenamos de euforia, nos acostamos tardísimo esa noche y ahí se fue el 400. Ella estaba muy feliz y ya con una medalla de oro no había tanta fuerza, no voy a decir que fue un error, pero fue un tema que se nos fue de la manos.
¿Cómo es la vida de Claudia ahora que compite en categoría máster?
Ella es demasiado competitiva. Cuando empezamos en 2010 nos fijamos metas, ya cumplió varias como ser campeona mundial, ahora le falta el récord mundial en Máster. Lo puede lograr en Hungría o en el siguiente mundial. Ella entrena como si tuviera 15 años y es un ejemplo para todo el equipo juvenil.
Después de Claudia, ¿qué ha pasado en el deporte tico?
Tenemos un vacío enorme, hay extraordinarios nadadores y buenos entrenadores, pero les falta una cuota más de esfuerzo. Por ejemplo, en natación, la dirigencia no tiene ligas menores y se necesita tener esa fuente de niños, por eso es muy raro que se rompa un récord, casi en todas las disciplinas hay récords. Hace falta que entendamos la diferencia entre competir o participar, si se quiere competir se debe estar clasificado con un año de anticipación. Se puede ir a participar, pero hay que aclararlo.
"El Estado tiene que seguir ayudando para que compitamos, no para que participemos, hay que hacer todo lo necesario. Los atletas que tengan excelencia deben contar con todo el respaldo. El estado debe ayudar a todos para participar, pero la competencia es otra cosa. Tenemos ranquin mundial en todo, nadie me preguntó en qué puesto en el ranquin estaba Claudia antes del oro y era la número tres.
Costa Rica debe estar presente en todos los Juegos, pero vamos de una manera honrada y honesta, no digamos que vamos a competir porque no es la realidad".
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¿Cuál es su método para hacer un nadador olímpico, porque ahora se celebra romper récords o buscar marcas mínimas?
Para las Olimpiadas de México 68 yo practicaba la natación y tuve la oportunidad de representar a Costa Rica porque alguien tenía que ir. Yo había nadado por 11 años y estaba activo, pero yo decía que me era imposible y no podía ir, porque era demasiado para mí. Efectivamente no lo hice.
"Mandaron a uno o a dos representantes de Costa Rica, evidentemente a participar. Viendo los resultados después, pensé que algún día me gustaría tener a un nadador en una final olímpica.
Eso nació como un sueño, fue una propuesta que le hice al profesor Alfredo Cruz Bolaños, que es el fundador de la natación deportiva en Costa Rica, y tuve la intención de comenzar a trabajar en un proyecto grande".
¿Cómo se logra una medalla olímpica?
Hay tres aspectos fundamentales que usamos en el pasado, ahora son cuatro. Comenzamos utilizando la planificación, la motivación y la disciplina. Ahora en los últimos años hemos incorporado el esfuerzo, porque muchas veces nos estábamos quedando en ese concepto.
"Planificamos con tiempo suficiente desde los años 70, porque hay que recordar que Costa Rica comenzó con María del Milagro París, con su principal gesta que fueron dos resultados, quinto lugar en el campeonato mundial en Cali, Colombia, en 1975, y sétimo lugar en los Juegos Olímpicos de Moscú 80. Eso nos hizo ver que teníamos posibilidades de llegar a finales y lo hicimos en Moscú 80.
Empezamos un proyecto nuevo en 1980 con proyección hacia los Juegos Olímpicos de 1988, ocho años después; ahí logramos conformar un grupo de nadadoras, María del Milagro fue sola y después hicimos un grupo colectivo. Participaron cinco nadadoras, que son Sylvia Poll, Natasha Aguilar, Marcela Cuesta, Carolina Mauri y Monserrat Hidalgo y tuvimos resultados extraordinarios a nivel de Camex, Juegos Centroamericanos, Centroamericanos y del Caribe y Panamericanos, que fue la máxima gesta de ellas como grupo, al ser medallas de plata y de oro.
Un año antes de los Juegos Olímpicos en 1988 en Seúl, logramos tener el segundo lugar, medalla de plata; esa era la máxima gesta que teníamos, además de un quinto lugar.
Finaliza este proyecto e iniciamos otro. En este caso lo preside Claudia, es personal, una sola nadadora dentro de una institución deportiva, pero hicimos una proyección igual, para comenzar desde los eventos más pequeños. Para ello usamos el ranquin mundial, ya no seguimos el proceso de juegos regionales, sino que fuimos al evento más grande que era la Olimpiada, pasando primero por el campeonato mundial, campeonatos de Europa, que llamábamos los Pan Pacific, por campeonatos de Mare Nostrum de fogueo y finalmente llegamos a los Juegos Olímpicos de Atlanta 96 donde logramos la medalla de oro.
Hay que señalar que Claudia fue un ejemplo y fue un acontecimiento mundial porque ella logró la medalla con 24 años, algo que en ese momento fue histórico y llamó la atención. ¿Por qué se dio eso?, porque comenzando en los años 70, María del Milagro París ya estaba bastante saturada con 16 y 17 años, ya casi no quería nadar más.
Después tuvimos la situación con Sylvia Poll, que logró su éxito en la Olimpiada con 16 años, estaba muy joven y realmente a los 20 o 21 años ya estaba terminando.
En el caso de Claudia, se prolongó la carrera. A los 24 años ganó la medalla de oro, pero aún así fue más sorprendente lo que pasó cuatro años después, porque con 28 años ganó dos medallas de bronce en Sidney, algo que le produjo a Costa Rica la oportunidad de tener más tiempo vigente a una nadadora de alto nivel como Claudia. Todo esto se resume en planificación, en la parte motivacional y sobre todo en la disciplina que tuvieron todas estas nadadoras".