Clifford Smith no pasó desapercibido en el baloncesto de máxima categoría, del que se despidió este fin de semana con un juego entre amigos.

Fue de esos basquetbolistas que marcaron una generación. Reconocido en la cancha, pero de igual o mayor forma fuera de ella.
Cuando se habla de Clifford, también se reconocen las habilidades académicas y su integridad como persona.
"Eso viene por un tema de formación, del hogar", explica Clifford.
El entrenador y especialista en baloncesto, Rodolfo Fonseca, asegura que Smith es una persona que supo llevar de la mano los estudios y el deporte
"Serio, responsable, maduro, y convencido de donde quería llegar y lo logró", comenta.
Clifford vivió un sueño como jugador y costarricense cuando fue parte de la división 2 de la NCAA, con Barry University, de Florida (EE. UU.).
Pero antes de llegar ahí, jugó en 1999 con la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, en México.
Al año siguiente volvió al país para integrarse al conjunto de Cartago en Primera División, pero en 2001 se va a Nebraska, en Estados Unidos, donde permanece dos años en el junior college (previo a la universidad).
Finalmente, llegó a la NCAA y ahí vivió una de sus mejores experiencias durante dos años más.
La beca era completa, lo que se traduce en pago de estudios, implementos deportivos, tiquetes aéreos, alimentos, hospedaje, gastos médicos, entre otras cosas.
Eso sí, para obtener esa oportunidad y luego mantenerla, debía existir una combinación de buen nivel deportivo y académico.
"Vivía en Miami, jugaba basket, era como un sueño", recuerda entre risas.
Clifford fue quien eligió esa universidad de varias opciones que le llegaron.
“Ese proceso lo viví tomando mis propias decisiones, tenía que analizar lo que podía, bajo mi criterio y entender hacia dónde iba. Visité algunas universidades y, como buen costarricense, quería estar cerca de Costa Rica, y la oportunidad que me hizo más sentido y me gustó el ambiente fue Berry”, reconoce.
Concluyó los estudios con un título de administración de empresas con énfasis en negocios internacionales. Actualmente dirige un grupo de gerentes en una empresa bancaria trasnacional.
No se arrepiente de nada, tampoco de rechazar un contrato profesional en República Dominicana cuando estaba en Estados Unidos, aunque sí se pregunta qué habría pasado.
El caso es que para Clifford el deporte iba de la mano del estudio. Así lo aprendió.
“La respuesta era sí (a la oferta), pero necesito terminar la universidad. Les dije: ‘luego vemos’, pero ellos necesitaban un jugador para ya”.
Tras concluir la carrera en el país norteamericano, volvió a Costa Rica y jugó con varios equipos, entre ellos Cartago, Saprissa, Liceo de Costa Rica y Ferretería Brenes Barva.
Smith se despide con un nuevo título de campeón, pues el año pasado se coronó con Escazú.
“Qué mejor momento para retirarse que siendo campeón. De primera división llegó el momento, ahora hay ligas de maxibaloncesto para considerar en los próximos años”.
Olvidarse del baloncesto es imposible, asegura, por eso este martes tomará un avión hacia California, para observar el tercer y cuarto partido de la final de la NBA entre los Warriors y los Raptors.
