
Para Estados Unidos es una fiesta nacional casi oficializada. Un espectáculo tan grande que parece opacar lo que se juega en la cancha: la gran final de la
Esta tarde se jugará la edición 45 del Super Bowl en Arlington, Texas, y los ojos de la nación norteamericana se voltearán para observar las luces del espectáculo.
Los Packers de Green Bay son la gran sorpresa en la cita y se enfrentarán a la barrera de acero de los Steelers de Pittsburgh, ganadores de las ediciones del 2005 y 2008.
Los Steelers (14-4) son la franquicia que más veces ha ganado el trofeo Vince Lombardi. Pittsburgh va en busca de su séptima coronación en el Cowboys Stadium. Green Bay (13-6) registra tres, incluyendo los dos primeros bajo la conducción de Lombardi y otro en 1997.
El pronóstico es reservado, con los Steelers apoyados en su experiencia pero enfrentados a un cuadro inspirado tras tener que jugarsela de visitante en los tres partidos de postemporada.
Son equipos muy tradicionales, ambos con la particularidad de ser muy adeptos a sus filosofías. Los dos suelen evitar las contrataciones ostentosas, prefieren rebuscar prospectos del draft y agentes libres descartados por otros y que se ajusten a sus ideales.
En Pittsburgh se defiende con todo y cuando hablan de todo se refieren a toda la rudeza necesaria y permitida para paralizar al rival. Esta fue la mejor defensa de la campaña, con los mejores números en cuanto a puntos recibidos, el segundo lugar en yardas permitidas y una impenetrable línea que fue la mejor contra el acarreo.
En esta línea cuenta el Troy Polamalu, el mejor jugador defensivo de la campaña.
Con el balón en mano los Steelers buscarán avanzar por tierra, basados en el poder de Rashard Mendenhall, quien llegó a la postemporada en su mejor momento. Sin embargo, la ofensiva tendrá que agenciárselas para suplir al centro Maurkice Pouncey, la única baja entre ambos equipos.
Si Green Bay lograra detener los avances por tierra, algo poco probable ya que fue la defensiva 18 contra este tipo de juego, aún tendrá que vérselas con la capacidad del quarterback Ben Roethlisberger, uno de esos mariscales que pueden moverse y lanzar con certeza.
Green Bay es la única franquicia sin fines de lucro, pues es propiedad del mismo pequeño pueblo donde juega. También se distingue por ideales de calidad y conformar equipos muy equilibrados, aunque también enfocados en la defensa.
El entrenador Mike McCarthy tuvo que lidiar con 15 jugadores estelares lesionados en la temporada, pero allí fue cuando se demostró la capacidad del club para seleccionar, ya que tuvo que ingeniárselas con suplentes. Entre esos interinos estuvo James Starks, quien sumó 263 yardas en los tres encuentros de la postemporada.
Lo sublime de este equipo se vio en la postemporada, juegos en los que el mariscal Aaron Rodgers se inspiró y alcanzó el mejor índice pasador de los play-off (109.2).
La clave para los Packers será iniciar inspirado, como lo hizo en los últimos juegos, y conseguir anotar pronto antes de que los Steelers empiecen a machacar a su línea ofensiva. Fuente: