Nueva Orleans (DPA). La divisa de la NBA esta temporada dice: "Where amazing happens" (Donde lo asombroso ocurre). Y nadie encarna mejor los valores de ese slogan que los sorprendentes New Orleans Hornets.
"Son fenomenales y lo fueron durante toda la temporada", dijo elogioso el alemán Dirk Nowitzki, estrella de los Dallas Mavericks, después de que su equipo fuera "aguijoneado" por las "avispas" de Nueva Orleans en la primera ronda de "play-offs".
"Tienen todo lo que se necesita para ser un buen equipo y siguieron adelante merecidamente".
La misma suerte podría correr otro peso pesado en la Conferencia Oeste, los San Antonio Spurs, que aliviaron algo su delicada situación en la noche del jueves al lograr su primer triunfo y ubicar la serie al mejor de siete 2-1.
Para el ex jugador Charles Barkley, sin embargo, "los Hornets se impondrán".
"Juegan como se debe jugar en los 'play-offs', con pasión, entrega total e imprevisibilidad", añadió "Sir Charles", que trabaja en calidad de comentarista en la emisora de televisión TNT.
Depués de fracasar tres veces en su intento de llegar a la ronda del k.o., los Hornets terminaron este año segundos la fase regular en la potentísima Conferencia Oeste, por delante del actual campeón, San Antonio, los Phoenix Suns y Dallas.
"Nuestra fantástica temporada no terminó aún. Queremos ser campeones", anunció el entrenador Byron Scott, rebosante de confianza en sí mismo.
Con cada canasta y cada victoria, y sobre todo con el título, por primera vez, de la División Sudoeste, el equipo de Luisiana devolvió el orgullo a las gentes de su ciudad. Un orgullo que, entre finales de agosto y principios de septiembre de 2005, quedó destruido junto a cientos de miles de hogares con la llegada del huracán Katrina, que provocó la inundacion del 80 por ciento de la ciudad.
"Nuestra ciudad muere", dijo entonces sollozando el desesperado alcalde, Ray Nagin, ante las cámaras de televisión. Ahora, Nueva Orleans vive de nuevo.
Gracias a los Hornets, asegura el jugador serbio Peja Stojakovic, la urbe del delta del Mississippi trasmitió al fin de nuevo una imagen positiva.
"Pusimos otra vez Nueva Orleans en el pensamiento de la gente. Se habla sobre Nueva Orleans y sobre nuestro equipo. Como mucha gente, nos quedamos sin cancha por el Katrina. Tuvimos que irnos a Oklahoma. Ahora hemos vuelto y al igual que nuestra ciudad, nosotros también crecemos".
Durante dos años, los Hornets tuvieron que disputar sus partidos como local en Oklahoma City, a 1.200 kilómetros de distancia. Hasta esta temporada, el equipo no volvió a la ciudad de la que lleva el nombre.
"En Oklahoma fue maravilloso. La gente nos respaldó como si siempre hubiésemos estado allí. Pero Nueva Orleans es nuestro hogar y queremos jugar de manera que la gente se sienta orgullosa de nosotros", aseguró Scott.
El técnico lleva cuatro años en el banquillo de los Hornets y tuvo que abandonar la ciudad a finales del verano boreal de 2005, cuando la ciudad de Nueva Orleans fue evacuada forzosamente poco antes de la llegada de Katrina.
"Me fui con mi familia a Houston. Desde allí seguimos todo por televisión. Ese nivel de destrucción no se lo podía imaginar nadie", recordó.
Ahora, dos años y medio después, mucho está reconstruido en Nuevo Orleans. La Bourbon Street, con sus famosos locales de jazz, vuelve a atraer el turismo de la misma forma que antes. Pero Nueva Orleans, advierte Scott, no es sólo la Bourbon Street.
"Hay muchos rincones que están maravillosos, pero hay también lugares en los que aún no se hizo casi nada. A todos nos queda aún trabajo, pero la ciudad está en el buen camino", añadió el técnico.
A ello han contribuido en parte los baloncestistas, quienes, hombro con hombro junto a sus seguidores, ayudaron a limpiar calles y construir casas.
"Para nosotros fue algo natural y es hermoso ver cómo la gente va volviendo poco a poco", dijo el base Chris Paul, uno de los hombres más destacados del equipo.
El 80 por ciento de la población volvió ya a Nueva Orleans. Y entra dentro de lo posible que en junio puedan festejar incluso el título de la NBA.