Después de un enorme susto, el poderoso Manchester United, de Inglaterra, apenas empató ayer 1-1 ante el Necaxa, de México, en partido válido por la primera ronda del Grupo B del Mundial de Clubes de la FIFA.
Cristián Montecinos, a los 14 minutos de juego, puso al Necaxa al frente en el marcador, pero Dwaight Yorke empató a los 81 minutos. El partido se llevó a cabo en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro, ante un público de 26.000 personas.
Necaxa desperdició un tiro penal a los 57 minutos, cuando el disparo de Aguinaga fue atrapado por el arquero Bosnich. A los 79, fue el turno de Yorke de perder su disparo desde los 12 pasos, atajado por el arquero Pineda.
El entrenador de Manchester, Alex Ferguson, dijo que se sentía "muy satisfecho con el equipo pero sumamente decepcionado con el partido, porque nos pasamos casi todo el tiempo reaccionando a lo que hacían los jugadores de Necaxa".
Esa situación, agregó, fue decisiva en el segundo tiempo, "porque con la expulsión de Beckham, al final del primer período, tuvimos que desmontar todo el plan que habíamos montado".
En tanto, para el entrenador mexicano, Raúl Arias, "lo que se impone ahora es analizar detenidamente lo que hicimos y sobre todo lo que dejamos de hacer. Este partido ya se terminó y tenemos que prepararnos para los próximos compromisos. øSi estoy satisfecho? Sí. Pero podía estar más".
Empujado por la habilidad y visión de juego del ecuatoriano Alex Aguinaga, Necaxa se apoderó del campo y desde allí transformó en una pesadilla la tarde para la zaga inglesa con las incursiones de Delgado y Montecinos, además de las sorpresivas apariciones de Luis Pérez.
En compensación, los hombres de Manchester dejaron en evidencia sus dificultades para jugar con una temperatura de 37 grados, y por ello no lograron hilvanar jugadas colectivas más allá de la mediacancha, siempre dependiendo de las apariciones individuales de Ryan Giggs o Yorke.
Aguinaga explotó con inteligencia la sociedad con Delgado por el flanco izquierdo, de modo que dejó virtualmente "atado" a ese sector al estelar Beckham, quien apenas podía avanzar en el terreno para buscar largos pelotazos en diagonal.
De igual modo, Giggs jugaba retrasado en el campo, y con ello Cole y Yorke quedaban totalmente aislados en el sector de ataque.