Elegantemente vestida, la reina de Inglaterra, Isabel II, esperaba el sábado pasado el comienzo del Derby inglés, junto a la pista del hipódromo de Epsom Down, ubicado a unos 20 kilómetros al sureste de Londres. La tradicional competencia de caballos cumplió ese día con su edición número 224 y ya es costumbre que reúna a los principales personajes de la aristocracia británica.