
Ayer se cumplió un año del debut de la Selección Nacional en el Mundial de Alemania 2006, y a pesar de que la experiencia de ese torneo fue traumática para el futbol tico, tal parece que no escarmentamos.
Y lo digo porque ahora, al igual que hace un año (y estoy seguro que dentro de un año va a ser lo mismo), la Selección sigue siendo un asunto secundario para los dirigentes de nuestro futbol.
La Tricolor sigue trabajando con las migajas de tiempo que le dejan los clubes, porque los dirigentes de este deporte siguen pensando que el torneo local es lo más importante del balompié.
¿Cómo pueden ser tan ciegos? No se han dado cuenta aún de que la proyección del futbol tico en el exterior es la tabla de salvación para la paupérrima economía del futbol costarricense.
¿O es que no se enteraron de que Saprissa vendió la mitad de la ficha de Álvaro Saborío en casi la misma cantidad de dinero que recauda en una temporada?
Y como el de Saborío hay muchos ejemplos. Hasta los clubes pequeños se han visto beneficiados con la venta de jugadores, como Carmelita, que colocó a Óscar Rojas en México por una suma que no recuperaría ni con todas las taquillas de un lustro.
¿Y saben cuál es la mejor manera de promocionar a los futbolistas fuera de nuestras fronteras? Pues con los partidos de la Selección.
No hay un equipo que hable más de la calidad del futbol que se practica en un país que su seleccionado. Y sin embargo, aquí la Federación de Futbol tiene que echarse un pleito para que en el calendario se le deje espacio a la preparación del combinado patrio.
En cambio, en otros países uno ve un cambio de actitud, se nota la preocupación por mejorar el rendimiento de su seleccionado.
La Copa de Oro no me deja mentir. Panamá, Canadá, Haití, Cuba están creciendo, Guatemala y El Salvador también se esfuerzan aunque con menos éxito.
Y mientras tanto nosotros seguimos creyendo que con los jugadores que tenemos alcanza para clasificarnos a otro Mundial.
Es cierto que tenemos buen material humano para la región, pero el talento no es suficiente, como lo dejó claro Brasil en la Copa Mundial de Alemania.
También se necesita hacer equipo y que los jugadores lleguen bien preparados. No como ahora, con futbolistas fatigados y con muy poco tiempo para recuperarse de una larga campaña, por lo que están expuestos a lesiones. No es casualidad que laSele tuviera cuatro bajas antes de esta Copa.
