
El mundial de Fórmula Uno que empieza este fin de semana con la disputa del Gran Premio de Australia, será el más largo en la historia de esta competición, ya que serán 18 las pruebas, dos más que el pasado año.
A pesar de que las escuderías no querían superar la cifra de 17, habitual en las últimas temporadas, y de que la Federación Internacional del Automóvil (FIA) excluyó por razones económicas a los Grandes Premios de Canadá y Francia, finalmente estas dos pruebas resolvieron sus problemas financieros y figuen formando parte del calendario.
Los inscritos en el mundial deberán afrontar dos nuevos circuitos, el de Bahrain, en el que correrán el 4 de abril y el de Shangai (China), el 26 de setiembre, mientras que para la felicidad de los pilotos regresa el considerado como el mejor trazado del mundial, Spa-Francorchamps, y desaparece el Gran Premio de Austria.
Si Canadá ha logrado mantener su prueba y su fecha a mediados de junio, con objeto de abaratar costes, el Gran Premio de Estados Unidos (Indianapolis) se disputará una semana después, en vez de a finales de setiembre.
El Gran Premio de Brasil, que se disputaba habitualmente a finales de marzo, será el encargado de poner punto final al mundial de 2004, al disputarse 24 de octubre, en detrimento de Japón, que se correrá dos semanas antes.
Detrás de Schumacher
El colombiano Juan Pablo Montoya (Williams-BMW), el finlandés Kimi Raikkonen (Mclaren-Mercedes) y el español Fernando Alonso (Renault) son los principales aspirantes a destronar al alemán Michael Schumacher (Ferrari), quien busca su sétimo título mundial.
Schumacher ganó los cuatro últimos de forma consecutiva y sigue siendo el principal favorito al volante de su nuevo Ferrari F2004, que ha impresionado por su velocidad y fiabilidad en las pruebas invernales, aunque este año la oposición se muestra más fuerte.
Si el pasado año el mundial fue el más competitivo de las últimas temporada, con ocho vencedores en las 17 carreras, en este se espera que sea aún más disputado.
Este año Montoya dispondrá ya desde Melbourne de un coche más competitivo que el que tuvo en los últimos años y Alonso y Raikkonen deberán explotar todo el potencial que dejaron ver en el último campeonato.