Basta con observarlo picar frente al área para darse cuenta de que su arsenal de trucos es de un veterano. Aquellas diagonales, aquel olfato para abordar la zona caliente justo en el lugar exacto, hablan de un jugador curtido en el gol.
Allan Oviedo vive su segundo aire de esta temporada en Belén. Empezó con Puntarenas, pero no sobrevivió a la purga que renovó el vestuario naranja en medio Torneo de Apertura.
Ayer los belenitas se alegraron más que nunca de haberlo enrolado para el Clausura. Con dos anotaciones, el veterano atacante contribuyó a dejar tendido al subcampeón nacional.
"Cuando uno juega en un equipo de los llamados pequeños, los goles se disfrutan más, porque cuesta más conseguirlos. No hay tantos privilegios como en los otros clubes", señaló Oviedo.
En el primer gol demostró pericia desde el manchón de penal. En el segundo aprovechó un error y salió de cacería hacia la valla rival.
Y hasta le anularon otro. "A mi criterio fue un golazo, porque le gané la espalda al defensa. Pero el árbitro lo vio diferente (posición adelantada), y es su criterio, que a veces perjudica a los jugadores", manifestó el artillero.
En forma. Con 34 años, Oviedo asegura que todavía hay Allan "para rato". "Físicamente me siento bien, pero sé que el futbol se mide por resultados, y hay que conseguir esos resultados (goles) para estar 'vivo' y seguir adelante".
Oviedo defiende ahora la camisa de uno de los equipos que lo dio a conocer en Primera División, Belén, hace más de una década.