Con este resultado, la “Squadra azzurra” quedará a las puertas del Mundial si derrota a Bulgaria, tercero de la serie, el miércoles en Turín (norte), lo que quitaría peso y supense a la visita al escolta Irlanda en Dublín, el próximo 2 de octubre.
Como en el amistoso de un mes atrás ante Suiza (0-0), Italia no brilló, sobre todo en ataque, y logró la victoria merced a la mala suerte del defensa milanista Kaladze y no por mérito de sus delanteros.
El capitán georgiano, ambas veces presionado por Vincenzo Iaquinta, mandó el balón a sus propias redes (57 y 67), primero con un cabezazo en una jugada sin mayor peligro, y después con la derecha al intentar rechazar un centro raso del joven lateral izquierdo italiano, Domenico Criscito.
Dos goles que fueron una bendición para la “Nazionale”, precisamente en la segunda mitad, cuando los georgianos comenzaron a controlar las acciones y los italianos se tambaleaban, pero Kaladze tuvo la última palabra, al menos por dos veces.