Yokohama. La selección de la República de Irlanda logró su objetivo de ganar por 3-0 a Arabia Saudí y se convierte en la principal candidata a enfrentarse a España en octavos de final, aunque habrá que esperar a los resultados del miércoles para conocer los cruces definitivos.
Los irlandeses se han confirmado como segundos en su grupo y se medirán con España si éstos son primeros del Grupo B, para lo que el equipo de José Antonio Camacho únicamente necesita empatar ante Sudáfrica.
En términos generales, Irlanda llevó el peso del encuentro y, sin salirse del guión de su futbol tosco y directo, consiguió el objetivo que se había propuesto: estar en octavos de final con independencia del resultado del otro partido.
La fogosidad inicial de los irlandeses encontró un premio rápido en el gol de Keane que, unido a la timidez del juego de los saudíes, hizo pensar en que el partido iba a ser cómodo para Irlanda.
El equipo de Mick McCarthy, arropado por una afición entregada y en un estadio en el que parecía que no haber un solo árabe, impuso su juego a base de balones directos de los centrales a los extremos para buscar centros como el que había propiciado el gol.
El equipo árabe, especialmente su defensa, tardó tiempo en adaptarse al ritmo del partido, aunque mediado el primer periodo las diferencias no eran tan sustanciales y ya nada era tan fácil como al principio para los irlandeses.
Dio la sensación de que estaban perfectamente informados de que Camerún y Alemania empataban y que suya era la clasificación. De ninguna otra forma se explica el bajón en su juego y el protagonismo creciente del futbol de los árabes.
Poco a poco el equipo saudí se adueñó del centro del campo y en el cuarto de hora final de la primera parte ya impuso su juego en acciones de ataque, hasta el punto de convertir al meta irlandés Shay Given en el mejor de su equipo en los minutos previos al descanso.
La entrada de Quinn en sustitución de Harthe tras el descanso fue toda una declaraciones intenciones. Kilbane bajó al lateral y Duff al centro. La apuesta permitió que los irlandeses recuperaran la imagen ofrecida al inicio del partido y Robbie Keane malogró un par de opciones, justo cuando Alemania inauguraba el marcador ante Camerún.
El tanto de ese partido volvió a serenar el juego de Irlanda, que en una acción aislada, a balón parado, marcó el segundo gol en una acción del central Gary Breen, que metía a su equipo en octavos de final pasara lo que pasara en Shizuoka entre alemanes y cameruneses.
El partido avanzó hacia su conclusión con una selección de Arabia Saudí completamente desmoralizada y que confirmó que ha sido uno de los equipos de menor nivel del campeonato y un equipo irlandés dominador de la situación sin urgencias y con los deberes resueltos.
El segundo gol de Alemania y, sobre todo, el tercero de Irlanda fueron la guinda del pastel y permitieron que los irlandeses acabaran el partido sin sufrimiento y con la mente puesta en la siguiente ronda del torneo, al tiempo que los numerosos seguidores del equipo festejaban con gritos y cánticos la celebración.
0 - Arabia: Al Deayea, Al Jahani (Ahmed Al Dosarim, m. 78), Tukar, Zubromawi (Al Dossary, m. 67), Al Shehri, Al Shahrani, Sulimani, Al Jathran (Al Shlhub, m. 66), Obaid Al Dossari, Al Temyat y Al Yami.
3 - Irlanda: Given, Finnan, Breen, Staunton, Harte (Quinn, m. 46), Kelly (McAteer,m. 80), Holland, Kinsella (Carsley, m. 88), Kilbane, Duff y Robbie Keane.
Gol: 0-1, m. 7: Robbie Keane. 0-2, m. 61: Breen. 0-3, m. 87: Duff.
Arbitro: Falla Ndoye (Senegal). Amonestó al saudí Al Teymat.
Incidencias: partido disputado ante 65.320 espectadores en el Estadio Internacional de Yokohama. Terreno de juego en buenas condiciones, aunque llovió e hizo muchos viento en el primer periodo.
Edición periodística: Gerardo González y Juan Fernando Lara . Fuente: agencias.