Ya no es aquel equipo que deslumbró en el arranque del torneo y que se mantuvo invicto durante nueve fechas. Digamos que no ha perdido su hidalguía, pero ya no es el mismo Herediano.
Pero eso no explica la derrota, 1 a 0, anoche en su estadio alterno, el Saprissa.
Esa es solo una parte de la historia. La otra tiene que ver con la bravura de Guanacasteca y la inteligencia de su técnico, el uruguayo Hernán Fernando Sosa.
Los florenses crearon opciones de gol, pero los pamperos impusieron coraje y determinación para esconder sus debilidades y acariciar los tres puntos con un eficiente sistema táctico.
Defensa reforzada, mediocampo destructor y un solo delantero (el colombiano Quiñonez), la "ADG" se comprometió con el contraataque certero y a tiempo.
Y los guanacastecos lo hicieron bien, a tal punto que Herediano se miró mal.
Mal porque al recibir el regalo de la mediacancha que le ofreció el contrario se atolondró y no supo salir con pelota dominada, en especial, por los costados.
Entonces el partido fue un ir y venir, en el que los dos porteros apagaron el grito de gol para satisfacción de la feligresía, paradójicamente, saprissista en su mayoría.
Herediano atacaba, llegaba al área visitante, pero no encontraba claridad.
Agazapada, Guanacasteca esperaba los momentos precisos y con Rodolfo Arnáez como director de orquesta, lanzaba fulminantes contraataques.
Y entonces el cántaro se rompió en favor de los pamperos cuando desde el banquillo llegó un movimiento salvador.
Golpe desde el banco
Fernando Sosa sacó a un extenuado Ever Alfaro e introdujo a un punzante Bernard Mullins.
Así, el recién ingresado hizo mancuerna con Quiñonez, y juntos fueron dinamita.
Mientras Herediano se cansaba de crear opciones y perderlas indefectiblemente, Guanacasteca aprovechó una de táctica fija.
Al minuto 78, Arnáez cobró un tiro de esquina, que ningún defensor florense atinó a despejar y Mullins, de potente derechazo, venció a un excelente Daniel Rodríguez.
La desesperación se vistió de rojiamarillo y el cansancio pesó aún más.
El ingreso de Mínor Díaz no trajo buenos resultados para Carlos Watson, quien al sacar a Sunsing quiso tener un hombre de peso en el área visitante.
Guanacasteca continuó con su juego: cerrojo defensivo y pelotazo cuando se podía y hacia donde saliera.
Por ello, hasta pudo aumentar el marcador, mientras los florenses se desinflaban en cada intento fallido por encontrar el empate.