En el último entrenamiento de la Selección Nacional, el técnico mexicano Miguel Piojo Herrera se acercó al defensor Fernán Faerron y fue claro: lo había elegido como capitán en el juego ante los Estados Unidos, demostrando su confianza en el trabajo y liderazgo del jugador.
Fernán, quien en muchas ocasiones fue criticado por su temperamento, aceptó la responsabilidad, consciente de que debía mantener la compostura y ser un líder en la cancha para los más jóvenes, a pesar de la dolorosa derrota 3-0 que la escuadra de las Barras y las Estrellas propinó a la Tricolor.
“Cuando se dio la lista, sabíamos que éramos pocos jugadores del proceso anterior. Sabía que era un rol que tenía que asumir. El profe, en el entrenamiento del martes, se me acercó y me dijo que me iba a dar el gafete porque le gustaba mi liderazgo, mi garra, mi coraje dentro de la cancha, y que debía canalizar todos esos atributos en pro del grupo”, comentó Faerron a los medios nacionales en la zona mixta tras el juego.
El zaguero florense sabía que esta era una oportunidad de mostrarse ante Herrera, y no lo defraudó. Se comportó a la altura, habló con sus compañeros y fue un baluarte en una defensa que, no obstante, dejó muchos espacios que la escuadra estadounidense supo aprovechar.
“La verdad, me siento muy orgulloso. Siento que se van dando frutos de todo el sacrificio que he hecho durante mucho tiempo, de muchas críticas que sufrí también. Siento que asumí el rol de buena manera, apoyando a los jóvenes que tenían su primer llamado, respaldándolos y hablándole al grupo. Es una responsabilidad muy grande porque la han portado jugadores de muchísima calidad en el pasado, por lo que hay que comportarse como un verdadero capitán”, añadió Faerron.
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