EscucharHace seis años, la crítica internacional calificó a Winston Parks la nueva “luminaria” del futbol costarricense, sustituto ideal de Paulo Wanchope o Rolando Fonseca.
Sus cuatro goles en el Mundial Juvenil Argentina 2001 y el tanto a Turquía en el Mundial mayor en Corea-Japón 2002 le abrieron las puertas del futbol profesional.
Sin embargo, a sus 25 años, el plan “Winston Parks” perdió proyección desde el momento en que no fue con la Sele Sub-23 a la Olimpiada Atenas 2004, ni con la Mayor al Mundial de Alemania 2006.
Casado con Adriana Rivera y padre de Xilon Jael, Winston aún se ilusiona con volver a la Tricolor y retomar el protagonismo, si gana más ritmo de juego en Europa.
¿Qué piensa de este momento de su carrera en el futbol checo?
Estoy en plena madurez, más concentrado en mi futbol y recobrando la confianza perdida para retomar las metas que tenía.
¿La Selección es un capítulo cerrado? ¿Le interesaría regresar?
Si me llaman, yo vuelvo, pero solo si estoy bien. Quiero estar en un 100 por ciento para volver y dar mi mayor rendimiento. Si no, mejor que estén los que tenga más ritmo.
¿Cómo analiza a la Selección?
Le está yendo muy bien. Tiene a un entrenador (Hernán Medford) muy inteligente, que sabe muy bien cómo escoger a sus jugadores.
¿Cuánto le perjudicó en su futuro no asistir a la Olimpiada de Atenas y el Mundial de Alemania?
Me afectó muchísimo mi carrera. Toda competición internacional es una puerta para que los jugadores se proyecten a mejores equipos. La Olimpiada la perdí por decisión de un entrenador (Jorge Luis Pinto) que me llevó a un partido en que no me utilizó. Lo del último Mundial fue una sorpresa para mi. Yo estaba jugando bien con el segundo equipo del Lokomotiv, pero fue una decisión del entrenador (Alexandre Guimaraes), que me desmotivó. Pero eso ya pasó.
Usted, en la Selección Juvenil, se proyectaba como el delantero del futuro, pero luego el proyecto “Winston Parks” no siguió más...
El proyecto “Winston Parks”, como usted lo llama, hubiera seguido si hay confianza al jugador. Cuando fui a la Selección, no me dieron la suficiente continuidad. Con (Steve) Sampson en la Copa de Oro 2003, yo me sentí bien e hice un buen papel. Eso mismo lo tuve con (Carlos) Watson en el Mundial Juvenil 2001. Pero en las últimas selecciones no tuve eso que me dieron Watson y Sampson. Todavía hay tiempo para demostrar de lo que yo soy capaz de hacer.
¿Se ve en Sudáfrica 2010?
Sí, claro, este proyecto no se ha perdido del todo para volver a África, luego de que fui a Nigeria en el Mundial Juvenil de 1999.
