Las ausencias de Kendall Waston y Ricardo Blanco provocaron lamentos en el Saprissa, tanto de su afición como del mismo cuerpo técnico. Dos titulares indiscutibles, lesionados al mismo tiempo y justo en un inicio de torneo para el olvido, no se podía ver de otra forma. Pero en medio de esas malas noticias, surgió la oportunidad que tanto esperaba el joven Gerald Taylor y hasta ahora el resultado saca buena calificación.
El joven de 20 años es el primer fruto evidente del convenio realizado entre Saprissa y Uruguay de Coronado, porque fue precisamente jugando en la Liga de Ascenso con los aurinegros que el zaguero se ganó un campo para entrenar con el primer equipo morado. Taylor tuvo una temporada muy regular y fue parte de los futbolistas que regresaron al club dueño de su ficha, pero por el momento el único que ha tenido regularidad.
Nadie sabe qué hubiera pasado sin las lesiones de Waston y Blanco, y aunque es claro que fue ahí donde se le abrieron las puertas al oriundo de Talamanca, Limón, el resto de la historia estuvo a su cargo. Taylor debutó en el empate ante Herediano, jugando como central; después apareció contra el Santos de Guápiles (derrota 2-1) dejando claro que también puede hacerlo de lateral derecho.
Su nombre se hizo mucho más recurrente cuando apareció en el equipo estelar para enfrentar el clásico, sobre todo luego del desempeño mostrado. En poco tiempo se convirtió en titular y “culpable” de ilusionar a los morados con un nuevo prospecto nacido en la cantera.
Iñaki Alonso evidencia confianza en el joven, pero al mismo tiempo tiene claro que cuatro partidos son pocos para llamarlo consolidado. Desde su punto de vista es un jugador del presente y pronto se verá si también del futuro.
Lo cierto es que el español fue el encargado de darle la oportunidad que estaba esperando desde hace meses, incluso con la camiseta del Sporting FC y no la del Saprissa, porque fue en ese club donde pensó que jugaría su primer partido en la máxima categoría.
El conjunto josefino lo pidió prestado cuando estaba en el alto rendimiento de Saprissa; todo hacía pensar que sería utilizado, pero la oportunidad nunca llegó. Cuenta Bertony Robinson, coordinador deportivo de Sporting, que le vieron condiciones que en ese momento les podían servir.
Taylor se ilusionó y después le tocó soportar el trago amargo de no tener ni un minuto.
“Lastimosamente, por temas de fútbol, circunstancias, por las necesidades de Sporting de sumar puntos, un equipo nuevo, peleando por el descenso, no se dio la oportunidad de debutar, pero siempre fue incisivo, siempre trabajó, siempre estaba listo. Así es el fútbol, hay entrenadores que les gusta un jugador y a otros no. No encontró el espacio, pero siempre estaba con buena disposición y estaba listo. Sí se le notaba que andaba con la carilla triste, porque incluso se hacían trabajos de once contra once y a veces quedaba fuera”.
Ese préstamo terminó y enseguida fue enviado al Uruguay de Coronado. El buen jugador que vio Robinson, rápido, de un “biotipo interesante” y condiciones por mejorar en la parte física, finalmente pudo tomarse una revancha, sin imaginar que esta incluía jugar su primer partido internacional.
“Hablamos hoy (jueves) en la mañana y conversábamos que lo tomara con calma, que tuviera la cabeza fría, ahorita le puede cambiar el mundo de la noche a la mañana y debe tomar decisiones acertadas”, añadió Robinson. Una de esas decisiones fue levantar la cabeza cuando se equivocó en el primer gol del Pumas.
Al limonense le robaron la espalda y eso provocó que su marca, el ecuatoriano Washington Corozo llegara solo para anotar. Lejos de perder la tranquilidad, Taylor mantuvo un buen nivel en el bloque defensivo de la S.
Robinson le ha seguido la pista desde antes de que llegara a Sporting, también se lo topó en algunas ocasiones trabajando en el restaurante Maxi’s, en Santa Ana, y por eso no le sorprende su actual desempeño.
“Es un gran jugador, tiene muchas condiciones. Me acuerda mucho a Roy Myrie, ese tipo de perfil, o el mismo Roy Miller, a pesar de que Miller es zurdo; incluso aunque hoy no tiene mucha afinidad con la afición, me acuerda en los inicios de mi hermano (Alexander), que tenía mucha proyección, era muy rápido, con ganas de comerse el mundo, y a parte de todo eso es una muy buena persona”, agregó.

