Sergio Céspedes vivía una situación insostenible en el Saprissa. Así lo hicieron saber tres fuentes del entorno del jugador y una del club, la cual siguió de cerca el caso. El futbolista pasó por nueve meses tormentosos, los cuales van mucho más allá de la conciliación que se dio este miércoles, la cual acaba con la relación laboral.
El 17 de abril del 2022 Sergio disputó, con Jeaustin Campos como entrenador, su último encuentro cuando salió expulsado de un duelo ante Cartaginés el cual Saprissa perdió y puso tensión sobre los hombros del timonel. A partir de aquella tarjeta roja, la vida del lateral cambió.
Pasó la sanción, avanzaron los entrenamientos y las convocatorias a vestirse para los partidos se acabaron. Inesperadamente el zaguero recibió un mensaje de la dirección deportiva de Saprissa en la que le hicieron saber que ya no formaría parte del primer equipo sino del alto rendimiento, esto por ‘planes deportivos’, según alguien cercano al jugador.
El deportista aceptó la decisión, sin embargo sí tuvo la duda de qué quería el conjunto tibaseño con él.
“Él se reunió con don Ángel Catalina y el administrativo le aseguró que él se mantendría como jugador de Primera División, pero al final en la aplicación solo actuó en el alto rendimiento. Al final terminó ese torneo y cuando Saprissa se preparaba para el siguiente campeonato lo llevaron de pretemporada a San Carlos, pero a falta de tres días para que iniciara el campeonato, Sergio Gila (director del departamento de scouting) le dijo que no iría a la Primera División”, relató una de los cercanos al jugador.
Aquella noticia fue devastadora para el carrilero derecho, sobre todo porque no le dieron chance ni siquiera de buscar otra oportunidad en otro club, añadió la gente cercana a Céspedes.
Sus allegados comentaron que al jugador solamente le plantearon dos escenarios: continuar en el alto rendimiento o vincularse al Uruguay de Coronado de la Liga de Ascenso.
Las explicaciones eran prácticamente nulas, por lo que Adolfo Hernández, agente del jugador, recurrió directamente a Jeaustin Campos. “Lo que Adolfo nos dijo que Jeaustin le dijo es que Sergio tenía mucha proyección, pero que le faltaban cosas que él quería, entonces que de momento no lo tendría en cuenta”.
Con su futuro en el aire llegó una llamada con Ángel Catalina nuevamente, pero en esta ocasión ya la opción de quedarse en el alto rendimiento no estaba. Ante esto Sergio se negó a ir a Uruguay y el panorama se puso más gris.
El alto rendimiento jugaba y Sergio ni siquiera se vestía, es más en el primer duelo de la nueva temporada de la categoría, el futbolista fue como juntabolas de sus compañeros.
Durante los siguientes cinco meses la situación no cambió para el joven, pero una experiencia lo marcó por completo.
“El alto rendimiento tuvo un día un amistoso ante Uruguay y el técnico sí iba a usar a Sergio, pero cuando ya él estaba cambiado resulta que a Sergio y al DT les entró un mensaje en el que daban la orden que no podía jugar y se tuvo que quitar el uniforme”, recordó la gente cercana al futbolista.
El entorno del jugador explicó que se dio una oportunidad para ir a Guadalupe prestado y también otra para ir a San Carlos, empero Saprissa nunca estuvo en la disposición de aceptar las condiciones, pese a que los mismos gerentes deportivos de las instituciones insistían en querer llevar al defensa.
La gota que derramó el vaso fue un hecho que a inicios de diciembre se dio en el Ricardo Saprissa. El zaguero se presentó con una carta de la Asociación de Jugadores Profesionales (ASOJUPRO) para defender sus derechos y esto provocó una reacción inesperada del gerente deportivo, Ángel Catalina.
“Ese día Catalina le dijo a Sergio: ‘Estás obrando mal, estás metiendo gente que nada que ver’. Sergio solo le mencionó que necesitaba que le recibiera la carta, pero en eso don Ángel afirmó con gritos: “no voy a firmar nada”...Seguidamente dijo: ‘Sos un falto de humildad, no sos nadie, das vergüenza y estás gordo’”, reveló una fuente que trabaja para Saprissa que asegura haber sido testigo de lo sucedido.
Céspedes decidió abandonar el estadio, pero a los días recibió una llamada del departamento legal saprissista para pedirle una reunión en la que, según un amigo del jugador presente en ese momento, también le pidieron disculpas por el comportamiento de Catalina.
Al final para ver la luz en el camino, el futbolista decidió interponer una demanda laboral la cual ya prosperó con una conciliación, misma que lo desvincula de Saprissa, pero además hace que los morados renuncien a sus derechos de formación por lo que si él firma con cualquier institución en Tibás no podrán hacer dicho cobro.
La última vez que Sergio Céspedes estuvo en el Saprissa fue el 6 de diciembre pasado, cuando presentó una carta de renuncia para poder iniciar su proceso legal.
Ante las aseveraciones dadas por el entorno de Sergio Céspedes se intentó tener la versión del gerente deportivo saprissista, Ángel Catalina, no obstante el club solamente se limitó a responder:
“Se trabaja en un acuerdo beneficioso para las dos partes. Don Ángel Catalina no se referirá a este caso específico”.
Al gerente se le quería consultar si consideraba si el futbolista estaba fuera de forma, además porqué se tardó tanto en resolver la situación del jugador, por otra parte si llamó gordo al deportista, entre otras.
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