
Rachid Chirino fue la figura de San Carlos, el eje de la remontada frente a Carmelita, pero también la llama de ilusión para soñar con un campeonato; fue la ambición hecha futbolista que despertó a sus compañeros y los impulsó a dejarse al liderato del Clausura 2019.
El primer puesto no solo da el derecho a cerrar en casa la semifinal y una posible final, sino le garantiza la presencia en una gran final si no logra amarrar el cetro en los cuatro partidos que se avecinan.
Rachid fue el hombre que Luis Marín llamó para renovar su ofensiva cuando todo se derrumbaba, cuando caía del primero al tercer puesto y recibía un serio golpe a su confianza para la etapa más vital del torneo. Un juvenil de 1,72 m, quien se dedica en las noches a cursar sus estudios en el Cindea (Centro Integrado de Educación de Adultos) de San Carlos.
Con un lenguaje sencillo y pocas palabras, no expresa en comunicación verbal toda la alegría que refleja el brillo de sus ojos, también sus lágrimas y la sonrisa que se le dibuja en una cara que es una copia a la de su hermano mayor y jugador del Saprissa, Randy Chirino.
Todavía con sus pupilas humedecidas por su anotación, la que significó asegurar el liderato al marcar el 2 a 1 frente a los verdolagas, el hábil ariete acepta que conseguir su primer gol en la máxima categoría es cumplir una meta personal, pero ahora no quiere detener su crecimiento.. Sueña con mucho más.
“Gracias a Dios se me dio la oportunidad, pude hacer un gol importante. Ahora hay que pensar en estas finales que vienen. Lo que viví ahora significa mucho porque mis padres han hecho grandes sacrificios por verme aquí, ellos me han ido a dejar en la madrugada, me recogen a esas horas... Verlos llorar de alegría por mí, la verdad es que no tiene precio”, describió.
Chirino tenía en las graderías del Rafael Bolaños a su madre Shirley, su papá Carlos y su novia Sofía.
"Estaban llorando. Me llené de emoción porque yo trabajó por ellos, la verdad es que fue algo muy bonito", reveló.
Ahora, el reto para los Toros del Norte se centra en sacar de la fiesta al actual campeón nacional, Herediano. Rachid sonríe cuando imagina la serie y asegura que confía plenamente en el Estadio Carlos Ugalde.
“Muy difícil, pero gracias a Dios cerramos en casa y estamos satisfechos. No hemos ganado nada, pero queremos acabar esto lo antes posible”, finalizó.
Recién celebrado su tanto, el delantero fue arropado por la manada de experiencia que estaba en el campo: Álvaro Saborío lo abrazó, Carlos Acosta le chocó la cabeza y Marvin Obando se le abalanzó encima... Un toro juvenil se encargó de comandar a los norteños, ahora pone su mirada con bravura en el Herediano.
Del Team, la opinión que hay en San Carlos es de respeto; no obstante, son claros en que la preocupación está del lado rival y no del propio.
“El preocupado debería ser Herediano porque nosotros hemos hecho de nuestra casa una fortaleza enorme y nos respetan ahí. Todos los equipos que nos visitan van con un 5-4-1 y eso es porque nos respetan y creo que esta vez no será la excepción”, explicó José Luis Cordero.
