
Jafet Soto mostró todos sus dientes, en los primeros 90 minutos de la final de la segunda fase entre Herediano y Alajuelense. El gerente florense sonrió, disfrutó, gozó.
La imagen de la cabeza rojiamarilla fue la de su equipo en el campo, porque el Team golpeó primero y venció 2 a 0 a la Liga para reactivar la ilusión, golpear a los incrédulos y poner en el panorama una gran final.
Previo al primer cotejo de este enfrentamiento, los aficionados rojinegros habían abarrotado el sitio web de Alajuelense en búsqueda de boletos para la vuelta, los erizos anunciaron un recibimiento a lo grande para su equipo y en el ambiente se percibía que el líder de la fase regular solucionaría la serie rápidamente; no obstante, esto no se cumplió.
José Giacone consiguió, con una defensa totalmente diezmada, plantarle cara al León. El argentino no fue alocadamente al ataque, pero tampoco se replegó como en la ida contra Saprissa; el timonel rojiamarillo confió en hombres que venían en la suplencia pero le cumplían cuando ingresaban como Berny Burke y Francisco Rodríguez.
Burke llevó por la sombra a Christopher Meneses, mientras Rodríguez, cuando nadie lo esperaba, se encargó de empujar los balones a la red para enloquecer a los aficionados.
En el 14', tomó una pelota pivoteada por Brian Rubio, no pensó dos veces en pegarle desde fuera del área, el remate fue al centro, parecía controlable para Adonis Pineda, empero el guardameta con una pésima técnica ni atrapó y menos desvió, el esférico le dobló las manos y se introdujo en el marco.
Jafet Soto, con una sonrisa de oreja a oreja, le abrió los brazos a Rodríguez, el atacante con el mismo gesto corrió a abrazarlo como lo hace un hijo con un padre; ambos se fundieron y gritaron la anotación.
El gol tempranero fue agua fría para los rojinegros y oro para los florenses, ahí se definió el primer round. El daño estaba hecho por los heredianos y el resto de la primera parte fue bajo su ritmo, al punto que sobre el cierre de la inicial cayó el segundo gol.
Francisco Rodríguez aprovechó otra falencia de Pineda para poner el 2 a 0. El arquero no atrapó una pelota sencilla, el rebote le quedó a Gerson Torres para habilitar al Divino, quien de derecha hizo que el balón entrara suavemente.
El cuadro florense con esas dos claves fue mucho más que su contrario. La Liga lució desconcentrada, fuera de sí. Los erizos no marcaron efectivamente y los tres chances que tuvieron ante Esteban Alvarado fueron muy mal definidos.
Rándall Azofeifa tuvo en sus pies el tercero en dos ocasiones, también Berny Burke pudo celebrar; al final un Adonis repuesto y con deseo de revancha salvó un abultado marcador.
De la Liga hay muy poco que destacar, su media cancha estuvo ausente, porque Alex López nunca manejó la pelota, Lassiter fue invisible en el duelo y Ureña no pudo encontrar espacio para explotar su velocidad.
Los manudos en defensiva fueron tan vulnerables que Júnior Díaz, su mejor hombre, vivió un duelo en el que careció de precisión y su entrenador, Andrés Carevic, se vio obligado a cambiarlo para que no saliera expulsado.
El 2 a 0 no define la serie a favor del Team, todavía está viva, pero sin duda la complica para los intereses de los que buscan el cetro 30.
José Giacone llevó el enfrentamiento a la zona que quería, el DT lo sabe y se abrazó fuertemente con su hermano y asistente, Diego, para celebrar. Jafet Soto abrazó a cada uno de sus futbolistas con una sonrisa en el rostro. Todos los aficionados rojiamarillos terminaron extasiados y cantándole al Team; el gozo cambió de bando en medio de la incredulidad, ahora el obligado es la Liga, porque en una gran final se pierden las ventajas.
La sonrisa de Soto fue la del Herediano, un plantel que provocó un partido para el olvido para la Liga.
