Su vida fue dedicada por completo al fútbol. Desde su infancia hasta su retiro, un balón fue su compañero constante. Entregó 16 años de su vida a este deporte como profesional, y al colgar los guantes, decidió compartir su experiencia y legado como preparador de guardametas.
El fútbol no solo le brindó prestigio a Luis Gabelo Conejo, sino que le dio todo. Para muchos, fue el mejor portero del Mundial de Italia 90. Lo llamaban ‘El Conejo de la Suerte’ por sus espectaculares atajadas. Gabelo se convirtió en una figura destacada y, por qué no decirlo, en una leyenda.
Hace apenas un año y tres meses, Conejo se encontraba con la Selección Nacional en el Mundial de Qatar, desempeñándose como entrenador de arqueros. Sin embargo, decidió que después de la participación de Costa Rica en el torneo, era el momento de darle la mano al fútbol y emprender caminos separados.
Gabelo no guarda rencores ni lamenta nada. Incluso afirmó que, si pudiera elegir nuevamente, volvería a ser futbolista. Pero ahora, perdió interés en el deporte rey.
“Ni siquiera veo fútbol. Estoy totalmente desactualizado sobre lo que sucede en este momento. En este instante, no tengo interés en el fútbol; quiero desintoxicarme por completo, porque pasé muchos años en este deporte”, manifestó Luis Gabelo Conejo en entrevista con La Nación.
Gabelo destacó que ahora dedica tiempo al cuidado de una pequeña finca que tiene en San Juan de San Ramón, pero lo más importante para él es compartir con su familia, a la que sacrificó durante su carrera. Además, disfruta de una pasión que surgió incluso antes de convertirse en jugador profesional.
“Andar en bicicleta es lo que me apasiona. Salgo en bicicleta de ruta y de montaña, me gusta practicar en ambas. Salgo de martes a domingo y los sábados o domingos hago un recorrido de unos 100 kilómetros. Dos días a la semana, mi esposa me acompaña en esta aventura del ciclismo”, dijo Luis.
Luis, quien se describió a sí mismo como un ciclista frustrado, mencionó que recorre unos 45 kilómetros diarios. Recordó que cuando era jugador activo, tenía una bicicleta y solía ir hasta Puntarenas.
A sus 64 años, Conejo se siente en plena forma, lo que le permitió participar en eventos como el Gran Fondo Guanacaste y ser parte del Gran Fondo Andrey Amador en dos ocasiones. El próximo mes, competirá en Estados Unidos.
“El 21 de abril estaré en el Gran Fondo de Nueva York en Miami, si Dios quiere, son unos 130 kilómetros. En el Gran Fondo de Guanacaste, opté por la ruta corta porque no me había preparado. En setiembre del año pasado, estuve de paseo con mi señora y para la competencia elegí la ruta corta, unos 100 kilómetros, y terminé entre los ocho primeros”, aseguró Conejo.
A Luis Gabelo le encanta pasar tiempo con sus hijos. Apoya a Isaac en el baloncesto y comparte la pasión por el ciclismo con su hijo mayor, quien lleva su mismo nombre.
“Mi hijo mayor y yo tenemos gustos parecidos. Él es un excelente triatleta; recientemente participó en el Costa Challenger, considerado el más duro del mundo, con seis maratones en seis días atravesando ríos y montañas”, aseguró Luis Gabelo.
Conejo también mencionó que disfruta ayudar a su esposa en las tareas del hogar. Reconoció que, en general, los hombres no valoran el trabajo de las mujeres en casa, por lo que trata de preparar el desayuno todos los días y encargarse los lunes de la limpieza de la casa.
“Escuché a Óscar Ramírez hablar sobre todas las cosas que se perdió desde su infancia por dedicarse al fútbol, un deporte que exigía mucho. Le dije a mi esposa: cuántos cumpleaños de mis hijos, de ella o de mis padres me perdí. Lo más reciente fue la muerte de mi padre, y no pude estar presente porque estábamos en la Copa Oro en Estados Unidos. Ese tiempo perdido hay que tratar de recuperarlo, por eso, al lado de mi esposa, mis hijos y mi nuera, trato de compartir con ellos y disfrutar al máximo. Gracias a ellos, tengo una familia muy unida”, indicó Luis Gabelo, quien además se relaja al máximo bajo la sombra de un árbol, pelando una naranja para comerla, como hacía de niño mientras crecía en medio del campo.