
Ayer Herediano jugó bien, fue benévolo con el balón y sentenció sin piedad 5-0 a un San Carlos muy lejos del nivel del torneo anterior.
De paso con la goleada, los florenses se reinvindicaron del revés 1-2 ante el Seattle Sounders, el martes pasado en la Liga de Campeones de la Concacaf.
Herediano se encariñó con la redonda a sabiendas de que el ese control alimentaría la necesidad de goles, por lo que desde el inicio lo puso a jugar al pie, a un toque, circulando por toda la cancha.
Gusta en las gradas esta nueva versión herediana de Jafet Soto, pues los trazos bonitos y las pequeñas asociaciones en el medio campo fueron bien aplaudidas.
Con jugadores como José Carlos Cancela y José Miguel Cubero, los rojiamarillos tuvieron el control de las acciones.
Una de las principales armas fue la apuesta del juego por las bandas y las constantes diagonales de José Luis Cordero y Anderson Andrade que desde ahí alimentaron el juego de altura de Ólman Vargas.
El rubio jugador anda bien en el campeonato. Se ve muy bien en funciones de pivot y es colaborador con sus compañeros como se aprecio en el segundo gol.
Su cero egoísmo y buen trabajo en equipo recibió como premio celebrar la tercera anotación.
No obstante, el partido al inicio no fue tan claro para los heredianos, pues tras un cansino monólogo con el balón en sus pies no era claro en sus llegadas hasta que Pablo Salazar abrió las cuentas al 25' con un cabezazo desde un tiro de esquina cobrado por Cancela.
Ya parecía extraño que tras seis tiros de esquina no pudieran concretar uno aunque sea.
Por el lado sancarleño pareciera que ya su libreto es tan muy desgastado, pues sus movimientos son poco sorpresivos y urge una actualización de sus estrategias por parte de los pupilos del uruguayo Daniel Casas.
Las jugadas más aparatosas para los florenses nacieron de errores propios en salida y que los delanteros sancarleños no pudieron aprovechar.
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