Fueron 90 minutos de un futbol incipiente, con dos equipos que no ofrecieron ningún espectáculo a los pocos (si acaso 200) espectadores que presenciaron el choque.
El tanto fue obra del delantero Josué Mitchell, quien de cabeza enderezó un centro de Juan Diego Madrigal, al minuto 42.
Previo a esta jugada, Hansell Arauz recuperó el balón e inició el ataque mexicanista que acabó con la pelota en la red arenera.
Arauz fue, por mucho, el mejor jugador del partido. Atacó por las dos bandas y defendió hasta lo indecible en momentos de apuro.
Esto fue lo más destacado de un cotejo al que se le pasó la raya de lo tedioso y aburrido.
Desde el arranque, los canelas coparon los espacios vitales en la mediacancha y Arauz ofició de motor, con Osman López como cerebro y Mitchell avispado en punta.
Puntarenas levantó campamento en torno a su portero Bryan Zamora y resistió, con grandes escollos, el asedio de los locales.
Pero la fortaleza chuchera ensayó un resquicio, cuando la troika Arauz, Madrigal y Mitchell se empleó a fondo para vencer la buena disposición defensiva visitante.
El técnico porteño, Mauricio Wright, entendió que si continuaba con el mismo sistema, perdería el juego, por lo que para la complementaria realizó varios cambios.
Con el arranque de la segunda fase ingresó Joel Campbell y cinco minutos después lo hizo Emanuel Campos, y con ello los areneros ganaron en profundidad.
Entonces, el juego se vislumbraba prometedor, máxime que al minuto 68, el portero colombiano del Barrio, Carlos Ortiz, derribó a Sherman Vásquez en el área.
El penal fue cobrado por Bill González y aunque lo ejecutó a la esquina izquierda, lo hizo tan suave que le permitió a Ortiz rechazar en forma incómoda. La pelota quedó sin dueño y de nuevo González remató, pero Ortiz, con reflejos felinos, volvió a rechazar.
A partir de allí, la moral del Puerto decayó y si bien al final del juego buscó afanosamente el empate, Barrio México se parapetó con Willy Eras en defensa y Yerland McDonald en función de alejar peligro de la media cancha.
Partido sin mayor brillo, de mucho músculo y poco seso, pero en el que una vez más, Arauz mostró su talento en el futbol nacional.