24Junio2011 Estadio Rosabal Cordero. Aficionados, jugadores e incluso el cuerpo tcnico de la Seleccin Nacional llegaron esta tarde al estadio Eladio Rosabal Cordero, a la vela de los cuerpos del futbolista Dennis Marshall y su esposa Meylin Mass./ Juliana Barquero (Juliana Barquero)
La sala de sesiones del estadio Eladio Rosabal Cordero, en Heredia, se quedó pequeña para la gran cantidad de familiares, amigos, futbolistas y entrenadores que llegaron a dar homenaje al seleccionado nacional, quien militaba en el equipo Aalborg de Dinamarca.
La vela, programada para la 1 p. m., arrancó a las 2:43 p. m. con la llegada de los cuerpos. En ese momento y en forma espontánea, los presentes dieron un fuerte aplauso que se prolongó por minutos.
Sus compañeros de la Selección Nacional introdujeron el féretro del futbolista en la sala. Allí pasaron un rato a solas con él.
Igual proceder realizó la familia de Masís. Ambos procederes fueron respetados por los asistentes.
Luego, una larga fila de personas ingresó de a poco para darle muestras de respeto a los fallecidos. A las 4:05 p. m. el cuerpo de Marshall fue llevado por su familia a la gramilla del estadio Eladio Rosabal Cordero, donde la fila se hizo más larga aún, pese a la ligera lluvia que comenzó a caer.
A las 4:30 p. m. ambos féretros fueron retirados. El de Masís rumbo a Desmonte, San Mateo, donde fue velada anoche y hoy, a las 10 . m., se realizarán las honras fúnebres.
Marshall fue trasladado a su Limón natal, donde será velado hoy a partir de las 5 p. m. en el estadio Juan Gobán, según confirmó su padre, del mismo nombre.
Agregó que el funeral arrancará el domingo a la 1:30 p. m. en la Catedral de la provincia caribeña.
“Tengo bellos recuerdos de Dennis pues me la cuidaba mucho, le cocina, besó el anillo cuando anotó contra Honduras y ella me dijo ‘ve mami, cómo que me quiere mucho. Él era muy cariñoso con ella’”, afirmó Castro, quien no pudo contener las lágrimas en varios momentos.
Marshall, por su parte, indicó que su hijo y su esposa eran muy buenas personas, que sabían llevarse bien con todos.
“A veces uno se pregunta por qué pasan cosas como estas con personas tan buenas y llenas de vida. Solo el Señor sabrá”, se preguntó el padre de Marshall.