Cartaginés había mostrado muchas falencias en diez fechas del torneo de Clausura y una de ellas era la falta de gol, algo que dejó atrás en la victoria ante Carmelita (4-1).
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Los brumosos tan solo tenían seis goles, es decir, un paupérrimo promedio de 0,6 por juego.
Pero el domingo se destaparon con cuatro celebraciones, aumentando la media a casi un tanto por encuentro (0,9).
Antes de la goleada contra los alajuelenses, el conjunto blanquiazul solo había concretado en cinco cotejos. Contra este mismo rival perdió 2-1. Después lo hizo en la segunda jornada ante la UCR (1-1), volvió a celebrar en la quinta, en el empate 1-1 contra la Liga.
Para el siguiente juego, ante Pérez Zeledón, hizo dos anotaciones y cayó 3-2. Y, finalmente hirió a Liberia en una oportunidad.
Por eso, además del importante triunfo del domingo, en el cuadro brumoso sienten doble alivio con las cuatro conquistas.
"Esto nos da confianza, nos quitamos un peso, la presión la botamos hoy, pero tenemos que comprometernos para seguir sacando los puntos, aunque no sea siempre por goleadas", valoró el volante Ricardo Blanco.
Las anotaciones también les permitieron a los blanquiazules encontrar confianza durante el juego, sabedores de que con una ventaja mínima en cualquier momento les podían empatar.
"Es importante anotar, ese penal (de Dylan Flores) nos dio un poco de tranquilidad, a pesar de todo uno no puede relajarse, aunque lleve dos, tres o cuatro goles", mencionó el delantero Giovanni Clunie.
Aunque el espigado atacante no anotó, sí provocó un penal y sirvió el primer tanto para Paolo Jiménez.
Ahora los brumosos son conscientes de que no todos los resultados serán abultados, pero desean aprovechar el momento para seguir sumando y alejarse cada día más del temido descenso.
"No tenemos que olvidarnos de dónde estamos, no volvernos locos, ni creer nada, estamos para luchar, trabajar y seguir sacando los resultados. Tenemos que tener una segunda vuelta muy buena", agregó el capitán Paolo Jiménez.