Desde antes del pitazo final, los jugadores de Saprissa mostraron a leguas su descontento con el presente que vive la institución tras hilvanar cuatro partidos sin ganar. La cancha del Ebal Rodríguez en Guápiles fue el escenario para que se confirmara el pinchonazo en el peor momento: en el cierre del torneo.

Los rostros de la planilla lo decían todo. Había dos realidades. Comencemos por la de fuera de la línea de cal. En el banquillo, Luis Stwart Pérez se tocaba la cara como señal de impotencia. Juan Gabriel Guzmán se llevó los dedos a la boca. Marvin Angulo apretaba los dientes. Heiner Mora, Randy Chirino y Alejandro Cabral conversaban entre ellos.
Wálter Centeno estaba un paso al frente. Tenía sus manos adentro de las bolsas delanteras de su jeans. A veces sacaba la mano izquierda para hacer señalamientos. Hacía gestos con su boca, se mordía los labios, hacía trompas...
En el campo, el partido ya estaba por finalizar, atrás quedaba el famoso “pase-pase” de Paté. La S quería rescatar el empate a como diera lugar. Pelotazo al área o cambios de juego para tirar centros y ver si quedaba un balón suelto, pero ese ansiado cuarto gol nunca cayó.
Jairo Arrieta se lamentó tras pedir penal en una acción, Rubilio Castillo entró y marcó diferencia. El catracho terminó exhausto: pegó un balón en el horizontal y otro lo envió dentro del arco santista.

La afición mostró su disconformidad en la grada. Algunos morados se marcharon antes de que terminara el partido. Otros se colocaron detrás del banquillo: unos para recriminar a los jugadores, otros para pedir algunas fotos o autógrafos. Hubo de todo.
Posterior al juego, los futbolistas intentaron explicar el mal momento. Eso sí, con la cabeza caliente. Las reacciones fueron tras el pitazo de un partido que pone a Saprissa en un escenario fuera de la zona de confort.
“La clasificación en riesgo no creo que esté”, dijo Bolaños, pero vamos a ver: ¿cómo es el cierre de la S?
Bueno: si el Monstruo continúa con su mal momento y solo gana seis puntos de sus últimos 12 en disputa, haría 37 puntos. Si Alajuelense gana todo lo que le resta, hace 38; si Herediano se impone en todos sus juegos, llega a 37. Eso sí, como hay un partido entre manudos y florenses, es imposible que ambos clubes lleguen al puntaje máximo.

Paté y compañía tienen que ir al Rosabal Cordero, al Morera Soto, reciben a la UCR y van a Grecia.
Por eso las caras largas: el equipo sabe que aunque se acostumbraron a disputar los primeros puestos, ahora el panorama cambió y en el peor momento.
"Estamos en deuda", citó Michael Barrantes. "Es una situación complicada. Hay que mejorar", externó Marvin Angulo.
Tras la derrota, los jugadores conversaron con los medios de comunicación: Rándall Leal, Rubilio Castillo, Barrantes, Bolaños y Angulo están entre quienes llevaron el peso de las reacciones tras el resultado adverso en Guápiles.
En el vestuario no ocultan su desazón; sus gestos y sus rostros lo dicen todo. La gran pregunta: ¿Podrá la S salir del bache?
