
Una de las carencias de Costa Rica en la última Copa del Mundo fue que no tenía un ‘9′ de área.
El típico delantero fuerte y aguerrido que choca contra todos los rivales, que es incómodo y sabe pelear en las alturas estuvo ausente en el combinado patrio.
Para ponerle nombre al ejemplo, Costa Rica no tiene un Álvaro Saborío, un Evaristo Coronado, un Rónald Gómez… artilleros que se caracterizan por su fuerza, su olfato goleador y su altura.
Ante esto, se analizó junto a Saborío cómo es el delantero ideal para la forma en que juega Costa Rica.
El exfutbolista de Saprissa, Alajuelense, San Carlos y la Selección Nacional, entre otros, confesó las características que para él son destacables en un ofensivo.
“Para mí debe tener buen juego aéreo, que tenga la pelota arriba y sepa cómo pelearla, además es importante que se mueva a los espacios, que ayude defensivamente, que sea ordenado tácticamente”, explicó.
Álvaro contó que esas condiciones no las da el balompié internacional, de hecho fue enfático que afuera se pulen, pero él muchas las adquirió en el inicio de su carrera cuando militó en el Saprissa.
“Aquí se puede lograr, cuando fui a Suiza llevaba una base, pero allá mejoré la parte táctica, después allá le dan la bola de cierta manera y uno debe resolver, diría que allá yo aprendí lo que era la exigencia en cuanto a pases efectivos y entender que en muchas ocasiones es necesario buscar el desahogo en el juego”, contó.
Un tema que para Saborío no es negociable es el desarrollo físico.
Aunque en Costa Rica normalmente no toca pelear con zagueros tan altos, en el mundo internacional es claro que la estatura mínima de un defensor ronda el 1.80, ante esto ser fuerte y saber posicionar el cuerpo es clave.
“Para mí sí, todos los defensores miden de 1.80 para arriba, uno tiene que ser un jugador que se mueva bien a los espacios como Julián Álvarez, porque él no es tan fuerte pero sí es muy escurridizo”, añadió.
Sabo se refiere al delantero titular de la selección de Argentina, quien fue una de las revelaciones de Qatar 2022.
Otro tópico que Álvaro recomienda a las nuevas promesas es el trabajo constante.
“El trabajo extra crea la suerte que dice todo el mundo, yo creaba opciones, algunas las metía, otras las fallaba. Por día me queda media hora o una hora más, cuando era joven me quedaba con Vladimir Quesada más de una hora haciendo remates”, recordó.
En cuanto a los nuevos valores que da el balompié tico, el exjugador añadió que no ha notado a alguien con sus características, pero también aceptó que está viendo poco fútbol.
Saborío formó parte de la Selección Nacional que asistió a Alemania 2006, también integró los procesos 2010 y 2014; empero no pudo asistir a la Copa del Mundo de Brasil debido a que sufrió una lesión en el campamento previo a la participación en el certamen.
