“Diciembre fue uno de los diciembres más tristes que he tenido, se podría que en todos mis 27 años de vida, porque falleció mi abuela y porque no se logró el objetivo. Me dolió mucho haber fallado el penal y que al final no se hubiera logrado el campeonato. Ahora he venido con eso de que este torneo tenemos que mostrar que lo que hicimos el torneo pasado no fue pura coincidencia”, manifestó Alex López en una extensa entrevista de 25 minutos con La Nación.
“Lo más fácil para mí era haberme ido para otro lado, para no recibir críticas, ni un ambiente hostil, pero al final, yo siempre lo he dicho y siempre desde que vine el primer día dije que a mí me gustan los retos, este reto para mí es mucho más grande todavía, del que tuve desde el primer día que me puse la camisa de Liga Deportiva Alajuelense, porque ahora tengo una espina por dentro, porque creo que el campeonato va a ser lo único con lo que me voy a poder sentir que pude darlo todo", confesó el hondureño, al planteársele una pregunta que muchos se hacen: ¿qué le pasa a Alex López?
Dijo que no había hablado sobre esto porque “a veces uno cuando está caliente dice cosas que no quiere decir, cuando uno está triste a veces dice cosas con las que uno mismo se termina matando, entonces creo que para hablar uno debe tener serenidad”.
Y el catracho necesitaba refugiarse en su propio silencio, que decidió romperlo, al conceder esta entrevista.
“Al final esto es de seguir trabajando, hay que seguir en el día a día y lo único que les puedo decir a todos los liguistas es que el día que me vaya de aquí, espero irme campeón y poder lograr el objetivo que siempre quise cuando llegué y nuevamente llevarme lo mejor de los ticos, que son las cosas buenas que han hecho por mí, como me han tratado, la familia que he encontrado en el camerino, la familia que he encontrado fuera de la cancha, saber que hay personas que me han ayudado y a veces uno no sabe cómo pagarles”.
— En diciembre la Liga tuvo muchos fallos, comenzando por el hecho de que no logró evitar que hubiese una gran final, ¿pero usted se siente culpable?
Creo que sería mentiroso si digo que no me siento culpable, porque al final tuve un error. Tal vez ese cariño que yo sentía de todos los liguistas con mucho lo perdí en 20 segundos y al final creo que en esta carrera uno tiene que aceptar las críticas, uno tiene que aceptar los elogios y todo lo demás, pero el futbolista siempre que está en la cancha quiere hacer lo mejor. No hay ningún futbolista que entre a la cancha y diga hoy quiero jugar mal, nada que ver.
En el primer partido de este torneo contra Limón entré a la cancha y en los primeros cinco balones hubo silbidos que salieron de las gradas y lo sentía normal, porque ya había dicho en mi casa que ni metiendo gol me iba a sentir bien, sino que eso pasará hasta el momento en el que la Liga pueda lograr algo.
— ¿Por eso no celebró los goles en ese partido?
Dios decidió bendecirme con dos goles ese día y creo que eso me llenó a mí como futbolista, como persona, saber que a pesar de todo, la familia y quienes siempre me han apoyado están ahí en las buenas y en las malas y creo que en ese momento sentí que después de la tormenta viene la calma. Sé que se vendrán cosas buenas para la Liga, no sé si en este torneo o en los próximos que vengan, pero lo que siempre le voy a desear a la Liga es que pueda lograr los objetivos que se puedan tener a corto y largo plazo.
— Esos goles fueron en su primer partido de este torneo, pero en el último que jugó, salió expulsado, ¿qué piensa de eso en el clásico?
Vine a Costa Rica a aprender. Lo que me pasó en el clásico fue un momento de algo que nunca me había pasado. Fue mi primera expulsión aquí en Costa Rica y si tú miras el registro de mi carrera, no soy de muchas expulsiones. Fue un momento en el que no lo pensé, fueron segundos.
Quiero darle una disculpa al aficionado de la Liga y al aficionado de Saprissa, porque el espectáculo cambia, porque un once contra once es diferente a un diez contra diez y entonces al final fue un momento en el que uno reacciona por la acción.
No lo pensé. Claro que uno tiene que aceptar las consecuencias, cuando uno se equivoca eso es lo que corresponde y me toca ahora estar tres partidos afuera, pero Dios primero y yo lo creo que así será, que voy a regresar más fuerte.
— Donde usted ve esa imagen de ese momento y que llega Henry Bejarano a mostrarle la tarjeta roja, ¿qué piensa?
Cuando yo hago a tirar la patada, la tiro y a la misma vez siento que no lo tenía que hacer, pero la acción ya la había hecho. Veo a Bejarano cuando viene con la roja y lo primero que se me vino a la mente fue otra vez el equipo con diez y que por qué me estaba pasando esto a mí, por qué tan seguido todo, pero al final, todo lo que ocurre, todo es permitido por Dios.
Ahorita me tocó ver el partido de la Liga contra Guadalupe fuera de la cancha y sinceramente créame que yo quería estar ahí adentro, me picaban los pies, pero a la misma vez esto me está sirviendo para seguir aprendiendo, para seguir madurando en el fútbol.
Tengo 27 años y es la primera vez que tengo una expulsión de esa manera, no es que ya me había pasado otras veces, fue la primera vez y es algo que sinceramente no me gustaría volver a hacerlo.
Insisto en que quiero ofrecer una disculpa, más que todo en el aspecto futbolístico, porque todo mundo quería que fuera un clásico de emociones. La Liga venía en un buen momento y Saprissa está pasando un momento muy bueno.
— Hay aficionados que dicen que usted es un pecho frío, ¿eso le molesta, lo ha visto en redes sociales, donde la gente siempre habla cosas buenas y cosas malas?
De molestarme no me molesta, pero sí hay sentimientos que uno no los puede esconder y la verdad que sí he leído varias veces ese tipo de comentarios y sinceramente tampoco los tomo de una manera crítica, porque eso no es criticar el fútbol que yo puedo hacer dentro de la cancha.
Pero tampoco lo tomo tan bien, porque jamás soy un pecho frío, cuando estoy dentro de la cancha trato de dar lo mejor, para mí si en un partido no doy una asistencia o no doy un pase gol o no hago lo que me pongo como meta hacer en cada partido, me siento que no cumplí dentro de la cancha.
Tal vez pueden decir eso porque yo no soy mucho de hablar, yo no soy mucho de hablar con la prensa, pero es por lo mismo, porque cuando uno sale de un partido de ganar, uno las emociones las tiene a tope y cuando uno sale de perder las emociones de uno siempre son el ver los errores, el ver qué se hizo mal, que a veces uno no hace las cosas bien.
— ¿Por eso es que la mayoría de veces usted prefiere no dar declaraciones?
Así es. A mí me gustaría aclararle a la prensa que si no hablo no es porque no quiero hablar, sino porque siento que vine aquí a jugar fútbol, vine aquí a demostrarlo aquí adentro de la cancha y Dios primero, cuando me vaya, pueda dar esas entrevistas que todo mundo quiere tener sobre mí.
Honestamente no me gusta hablar mucho porque al final un comentario o una frase puede tomarse a mal y a veces no es lo que uno está diciendo.
— ¿Anímicamente, cómo está ahorita?
Ahorita sinceramente te lo digo, estoy fuerte, porque sé que lo que me pasó es por algo, me va a servir. Nunca en mi carrera había estado tres partidos sin jugar por una expulsión y sé que esta vez va a ser la primera y la última, por lo menos en lo que yo siento, esto va a ser la primera y la última, porque a mí lo que me gusta es jugar y sinceramente estar fuera de la cancha no es agradable.
Más que uno no está ni lesionado, porque cuando uno está lesionado, lo que desea es regresar para volver a tocar un balón. Yo estoy 100% gracias a Dios para poder entrenar y como te digo, duele más, porque por una acción que no debí hacer, al final, uno tiene estas consecuencias.
Pero estoy fuerte, yo estoy trabajando, para poder regresar de la mejor manera.
Tras la expulsión, me contaron que usted por voluntad propia, sin que el cuerpo técnico se lo dijera, comenzó a entrenar a doble sesión diaria, ¿es un autocastigo?
(Lo piensa...) Si miras el equipo, está teniendo partido cada tres días y entonces para uno llegar físicamente bien a los partidos, cuando ya pueda jugar, yo si solo entreno, no voy a poder llegar al ritmo que el equipo me vaya a desear. Entonces, estoy trabajando de esa manera, para llegar bien físicamente y así mismo me va a aprovechar para estar fuerte y bien para todo lo que se viene por delante.
— ¿Le ha tocado llorar por Alajuelense?
Me tocó llorar el día de la final. El presidente Fernando Ocampo llegó a darme fuerzas, a apoyarme, me acuerdo. Yo estaba en el gimnasio, estaba tirado en el suelo y llegó el presidente a levantarme. Cuando salí del camerino, mi amigo Juan Carlos (Páez) estaba ahí, solo lo miré y no aguanté. Empecé a llorar ahí, en la zona mixta, por el portón.
En ese momento mi familia estaba en Honduras, porque teníamos pensado que el 9 de diciembre ya éramos campeones y que el 12 o 13 estábamos viajando para Honduras. Ya teníamos los boletos comprados. Mi esposa, mi hija y mis padres que vinieron, se tuvieron que ir esa fecha, porque ya estaban los boletos comprados.
Yo me tuve que quedar solo. Cuando llegué a la casa me acuerdo que me senté... (pasan varios segundos)... No agarré el celular. Tocaron la puerta y era mi amigo (se le corta la voz por completo y pasan varios segundos)... Era Juan Carlos, con el suegro de él y se pusieron a orar por mí.
En el momento me ayudaron mucho, porque estaba devastado (se le llenan los ojos de agua)... Ya después hablé con mi familia, quería estar con ellos, con mis familiares. Ese día no pude dormir. A las 4 a. m. tuve que salir para el aeropuerto y llegué a Honduras y era como si no hubiese llegado a mi país, porque fue uno de los finales de año que no lo desearía volver a pasar, sinceramente.
Sí me ha tocado llorar por la Liga y creo y espero que la próxima vez que se me puedan salir las lágrimas sea de alegría, porque espero irme de Costa Rica de la mejor manera.
— En ese momento tan duro para el liguismo y para usted, había opciones reales de irse, porque lo querían equipos de Suramérica y de Europa y usted dijo que no, ¿por qué esa decisión?
Para mí lo más fácil era haberme ido de la Liga y que la Liga agarrara la plata que le tocaba y yo decirme no sigo, porque podría ser que el ambiente para mí ya no fuera el mismo. Pero yo hablé con mi familia y les dije que me iba a quedar en Alajuelense, que lo que deseaba era quedarme para luchar por el campeonato y que me quedaba por eso.
Sinceramente había mucha personas de mi familia que me decían que no, que ya no siguiera aquí, por el ambiente, porque al final uno cuando entra a la cancha, lo que desea es hacer las cosas bien. Yo les insistí en que me quedaba, porque primero, el presidente me ha tratado muy bien y ha confiado en mí, igual que mi misma familia y toda esta gente que viene a apoyar al Morera Soto ha confiado en mí.
Al final no porque me estén cayendo las críticas voy a dejar el barco. Les dije que me iba a quedar con la Liga y que si Dios lo permite y somos campeones, espero irme de la mejor manera y por eso rechacé las ofertas que tenía para irme. Económicamente era muy bueno, eran tres años más de contrato que me daban, pero al final, lo que yo quiero lograr es quedar campeón con Alajuelense y poder irme de la mejor manera.
— ¿Siente que ese plan es a corto plazo, porque ya tiene bastante tiempo en el club?
Sí, eso hablaba con varios compañeros, porque ya solo me quedan si no me equivoco, de 6 a 5 partidos para cumplir los 100 juegos con la Liga aquí en Costa Rica y para mí sinceramente es un orgullo el poder cumplir ese objetivo y como te digo, el hacer más de 100 partidos con la Liga e irme campeón, pues para mí significaría irme muy contento de Costa Rica, si es que toca irnos.