Islandia rescató un empate histórico 1-1 ante Argentina, en medio de la tensión de debutar en una copa del mundo y nada más que contra Lionel Messi.
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Solo ese hecho es para tirarse a las calles a festejar, pero en ese país, de apenas 330.000 habitantes, la emoción suele desbordarse en las casas y no tanto en las vías públicas.
De hecho, el fan zone en Reikiavik, la capital, tuvo poca afluencia durante el juego, según describió el costarricense Carlos Cardoza Ramírez, de 45 años, quien vive en esa nación europea.
La alegría es la misma allá que acá cuando se obtiene un buen resultado en el terreno de juego, pero la celebración es muy diferente.
"El islandés es más de ir a un bar o hacer una fiesta en la casa, más allá que tirarse a la calle como lo hacemos los ticos, además, el clima no ayudó porque llovía. Instalaron pantallas gigantes en el centro, pero poca gente fue, además de que las celebraciones son muy familiares, no es como en Costa Rica", resaltó Cardoza.
Este compatriota agregó que suelen ser festejos familiares, aunque aseguró que la alegría que tienen los islandeses es indescriptible.
"El clima no ha ayudado, creo que las lágrimas argentinas nos están cayendo por acá (en forma de lluvia), pero fue una locura. Todos están felices, porque fue un empate que sabe a gloria", declaró Cardoza desde Reikiavik.
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Cardoza destacó el penal que el guardameta Hannes Halldorsson le detuvo a Lionel Messi, el cual festejaron los islandeses como una anotación.
De paso, dijo que los medios de comunicación islandeses criticaron a los de Dinamarca, por no darle méritos al arquero en dicho lanzamiento.
"La prensa está muy enojada con la prensa deportiva danesa, pues en ese país hablan de que Messi tiró el penal mal y por eso el arquero la atajó. En redes sociales la gente está muy feliz por este empate. Este domingo es el Día Nacional de Islandia, entonces hay adornos por todos lados, con las banderas", indicó..
Este costarricense se mudó a ese fascinante país en 1999, pues se casó con Eyrún Einarsdóttir, a quien conoció en Costa Rica. Esta pareja tiene un hijo: Einar.
“Fuimos novios por seis meses, ella regresó a Islandia, después yo fui a conocer a la familia y finalmente se mudó a Costa Rica por tres años. En 1999 la situación económica en nuestro país no era la mejor, así que decidimos venir a probar suerte. Mis suegros fueron y son un gran soporte, y la prueba ha durado 18 años”, dijo Carlos Alberto, quien es vecino de Katrín Jakobsdóttir, la actual primera ministra islandesa.

Carlos Alberto vive en Seltjarnarnes, apenas a cinco minutos de la capital, Reikiavik, y trabaja en el desarrollo de sistemas en el área de control de calidad y normalización de documentos; en este momento es gerente de proyectos y consultor.
