
El multimillonario dueño del Chelsea, club de la Premier League de Inglaterra, se encuentra en serios problemas, debido a que su estrecha relación con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, no gusta en Gran Bretaña. Las autoridades británicas anunciaron varias sanciones contra intereses rusos y un diputado laborista preguntó directamente al gobierno sobre el caso de Abramovich.
El dueño del Chelsea fue uno de los más destacados personajes enlistados por el Congreso de los Estados Unidos en 2018, cuando aprobaron una lista de las 210 figuras vinculadas al poder político y económico en Rusia. Estas personas fueron incluidas en la “Ley para frenar a los adversarios de Estados Unidos a través de sanciones” (Caatsa, por sus siglas en inglés), firmada pro el entonces presidente Donald Trump.
Además de lo anterior, Alexei Navalny, líder de la oposición rusa, citó a Abramovich, junto con el antiguo dueño del Arsenal, Alisher Usmanov, entre los 35 hombres fuertes del presidente ruso. El grueso de la fortuna del dueño del Chelsea procede de sus negocios petroleros. En 1990 se hizo con el control de Sibneft (hoy en poder de la estatal Gazprom Neft), el quinto productor de petróleo en Rusia. Solo la venta de Sibneft a Gazprom en 2005 le reportó a Abramovic $13.000 millones.
Ahora, ante el estallido del conflicto Rusia-Ucrania, Abramovich ve deteriorada una relación que ya de por sí era tensa con el Reino Unido. Esto se agravó por la petición de Chris Bryant, diputado laborista, de investigarle y requisarle sus bienes en el país e impedirle seguir siendo dueño del Chelsea. Bryant mostró en la Cámara de los Comunes un documento del Ministerio del Interior británico en el que se mostraba que en 2019 Abramovich era investigado por sus vínculos con Rusia.
Los problemas venían desde hace cuatro años, cuando se vio obligado a dejar de usar su visa de inversor para entrar en Inglaterra. Entonces, Abramovich comenzó a utilizar un pasaporte israelí para viajar al Reino Unido. Sus viajes, sin embargo, se ha reducido drásticamente.
La dirección deportiva del Chelsea no escapa de la polémica. El entrenador de los blues, Thomas Tuchel, reconoció este viernes que el club londinense se ve “perturbado” por el ataque ruso ocurrido el jueves en Ucrania.
“No podemos pretender que no es un problema. La situación de manera general, para mí y para mi cuerpo técnico, para todo el mundo en Cobham (el centro de entrenamiento del club), para los jugadores, es horrible. Nadie se esperaba esto. Es muy irreal, como he dicho perturba nuestro ánimo, ensombrece nuestra excitación ante la final”, declaró Tuchel a los periodistas según comunicó AFP.
Tuchel rechazó pronunciarse de manera más precisa sobre el caso de Abramovich: “Hay tantas incertidumbres alrededor de la situación de nuestro club y de la situación en el Reino Unido (...) que no tendría ningún sentido que yo hiciera comentarios sobre ello”. Pidió “concentrarse en el deporte y no hacer política”.

