
Liverpool, Inglaterra. EFE. Un error del portero español Pepe Reina, al intentar salvar un gol en la recta final del partido, dio al Arsenal la opción de empatar (1-1) un partido donde nunca mereció puntuar.
El Liverpool jugó con diez jugadores todo el segundo tiempo, por la expulsión de Joe Cole.
Pero en el primer minuto del complemento, el francés David N'Gog abrió el marcador para la oncena de casa.
No tuvo suerte Reina. Hasta ese momento estuvo sobresaliente. Sacó dos balones de oro. Uno, impresionante a Theo Walcott en el 73’, en una falta directa. Otro, espectacular, en el 86’ a un disparo de Rosicky. Sin embargo, no tuvo suerte en el 94’, y en un balón colgado al corazón del área a Chamakh, acabó con el balón en su red al intentar sacarlo. Una pena para Reina, que había firmado un partido notable.
El partido fue volcánico en el último cuarto de hora. El Liverpool jugó incluso algunos minutos con nueve, ya que Daniel Agger se retiró aturdido tras un choque en el 81’ y estuvo en la banda recuperándose cinco minutos. Entró como pudo, pues el Liverpool ya había realizado los tres cambios.
El Arsenal defraudó. Buscó ansiosamente controlar la pelota, pero los volantes Mascherano y Jovanovic, un tipo que seguro va gozar del apoyo de su gente por su pelea y entrega, les pusieron un muro.
Fue un encuentro donde los laterales tuvieron gran influencia en ambos equipos.
Clichy, en el Arsenal, subió con autoridad y puso en aprietos a Reina. Y viceversa, Johnson, en el costado derecho del Liverpool fue el único con capacidad de sorpresa para inquietar a Almunia, quien salvó un balón que iba dentro en el minuto 44. Almunia sacó una mano a córner, que posteriormente pudo dar ventaja al Liverpool de no ser por la salvada Clichy, que despejó en el segundo palo.
Hubo más emoción que buen juego. Eléctrico especialmente en los últimos diez minutos. Mucho tienen que mejorar los dos clubes si quieren seguir perteneciendo a aspirar de verdad al título.