EscucharEl Atlético de Madrid pegó un golpe a la liga, humilló en su campo al Real Madrid con una exhibición de fútbol y prolongó la racha exitosa ante el vecino: seis encuentros sin ser vencido.
Desde la derrota en Lisboa en la final de la Champions el 24 de mayo de 2014, los rojiblancos maniataron al ‘eterno rival’ en todos sus enfrentamientos.
Empataron en Chamartín en la Supercopa de España (1-1), ganaron en la vuelta en el Calderón (1-0) , triunfaron en la primera vuelta de la liga en el Santiago Bernabéu (1-2), volvieron a hacerlo en el Calderón en los octavos de final de la Copa (2-0) , igualaron en la visita (2-2) y ayer volvieron a derribar al contrario con un contundente 4 a 0.
Seis partidos sin caer, con cuatro victorias y dos empates, devuelven al Atlético el mando en los combates de la máxima rivalidad en la capital de España.
Simeone le ha tomado la medida a Carlo Ancelotti.
La victoria fue redonda para el Atlético, que no se imponía al Real en liga en casa desde 1999, la única racha negativa ante los blancos que aún permanecía.
Y, además, estableció una nueva marca para los rojiblancos, la de sumar tres victorias en el Calderón en tres derbis de forma consecutiva contra su rival.
El Calderón disfrutó como hacía mucho tiempo no se veía. La grada se llenó y se engalanó para la ocasión. Asistió a una de sus tardes más felices, que quedará grabada para siempre en la retina de sus aficionados.
El tanto de Tiago en el minuto 13 hizo vibrar las tribunas, que estallaron con el golazo de Saúl cinco minutos después. El canterano se inventó una chilena de lujo y casi amarró el partido.
Del Real Madrid no hubo noticias ni rastro de un Cristiano que aún vive del Balón de Oro.
Con tres bajas significativas (James, Marcelo y Sergio Ramos), los de Ancelotti estuvieron a merced del Atlético en el primer acto y también en el segundo, en el que Griezmann y Mandzukic clavaron los dardos del 3-0 y 4-0 una goleada histórica que dejará secuelas en los blancos.
El Atlético pudo, incluso, aumentarla en este período. Ocasiones tuvo para ello.
Con Cristiano Ronaldo perdido y enfurecido por el marcador adverso, el Atlético se comió al rival. El portugués, silbado al unísono por los 55.000 espectadores que llenaron el Calderón cada vez que tocaba el esférico, no supo deshacerse nunca de la defensa local. Tampoco Bale, ni el francés Benzemá. La bestia negra del Madrid viste de rojiblanco.
