“Estas cifras demuestran que nuestra política de formación en la Bundesliga está dando frutos. Cada año los clubes invierten unos 80 millones de euros en los centros de formación”, dijo Reinhard Rauball, presidente de la liga alemana de fútbol.
Según la DFL, 58% de los jugadores de la primera división eran alemanes y en la segunda división esta cifra alcanzó el 71%.
El ejemplo más significativo es el del Bayern de Múnich, el vigente campeón de Alemania. En su primer partido de la temporada contra el Wolfsburgo (2-1) el club bávaro alineó a ocho jugadores con pasaporte local.
“Si un extranjero es el mejor en su lugar, tiene que jugar. Pero lo que nunca voy a aceptar es una situación como la del Arsenal o la del Inter de Milán, donde no hay casi ningún inglés o italiano”, había declarado recientemente Uli Hoeness, presidente de honor del Bayern.