EscucharSEVILLA, España. AFP España dio una nueva muestra de su fortaleza al derrotar con claridad a Brasil, por 82-63, ayer en la tercera fecha del Mundial de básquet, en la que Argentina se llevó un gran susto y sudó para derrotar a Filipinas (85-81).
El equipo anfitrión, máximo favorito al oro junto a Estados Unidos (tuvo fecha libre), había logrado dos holgados triunfos por 30 o más puntos en las dos primeras fechas.
Pero fueron victorias ante los dos rivales más débiles del grupo: Irán (90-60) y Egipto (91-54).
Por eso, el encuentro ante Brasil estaba considerada la primera prueba seria y España la superó con nota alta, derrotando por 19 puntos a los sudamericanos, invictos antes del inicio de la jornada.
Conscientes de que se jugaban buena parte de su crédito, los españoles salieron en tromba y casi dejaron sentenciado el partido en un primer cuarto perfecto (30-14).
Fueron unos diez minutos iniciales de un baloncesto sublime: gran acierto en el tiro (72% de porcentaje), dominio del rebote (13-5) y con Pau Gasol en plan estelar, ya que anotó 12 puntos en este cuarto de los 26 que hizo en todo el duelo.
En un partido entre dos de los equipos con mejor juego interior del campeonato, la tripleta brasileña formada por Tiago Splitter, Nené Hilario y Anderson Varejão quedaron en evidencia ante los hermanos Gasol y Serge Ibaka.
En Sevilla, sede del grupo B, Argentina se llevó un gran susto.
Primero porque Senegal dio el campanazo y derrotó a Croacia, con lo que los africanos se suman inesperadamente a la lucha por la clasificación a octavos. Y después porque Argentina sufrió más que nunca para doblegar a una correosa Filipinas que a base de triples tuvo opciones hasta el final.
"Fue un partido muy sufrido, muy incómodo. Son un equipo que tienen una idea de juego y la llevan hasta el límite de la voluntad y del deseo, y es totalmente incómoda para nosotros", intentó explicar el técnico Julio Lamas.
