A las 9:43 de la mañana de ayer Erick Lonnis entró a la cancha como no lo hacía desde setiembre del año pasado: vestido de futbolista.
"¿Recuerdan cuando uno era carajillo , que la noche anterior antes de mejenguear dejaba toda la ropa lista? Pues eso hice yo ayer por la noche ( el domingo para los lectores ): ya tenía todo listo."
Apenas podía esconder la euforia de regresar a los entrenamientos con el Deportivo Saprissa. La práctica matututina tuvo lugar en el estadio Jorge Hernán Cuty Monge (una feliz casualidad, pues lleva el nombre de una leyenda morada), de la Villa Olímpica "José Figueres", en Desamparados.
"Sentía una contentera de volver a entrenar, de volver a estar con mis compañeros", expresó Lonnis en una improvisada conferencia de prensa, minutos antes del entrenamiento.
La alegría de estar de nuevo en el césped de un campo de futbol se contrastó con el recuerdo del jueves 25 de noviembre.
Ese día, la Selección Nacional reinició sus juegos de fogueo, ahora bajo la tutela de Marvin Rodríguez.
Lonnis quien acumula 50 juegos clase A en su carrera, más que ningún otro portero tuvo que "tragar grueso" esa noche.
"Cuando escuché el Himno Nacional, sentí que me despedazaba. Por dicha, estaba en el gimnasio y ahí pude descargar la energía."
Pasado y presente
Una larga cicatriz en su pierna izquierda era el testiomonio del pasado: la lesión en su rodilla izquierda alejó a Lonnis de las canchas desde el 3 de setiembre anterior.
El 16 de ese mes fue operado en la Clínica Internacional de Cleveland, Estados Unidos, donde se le reconstruyó el ligamento cruzado anterior y se le realizó un implante de cartílago.
La intervención corrió a cargo del doctor estadounidense John Bergfeld, uno de los mejores del mundo en su campo y miembro del cuerpo médico del equipo de futbol americano los Browns.
Jaime Ulloa, médico costarricense especialista en ortopedia, asistió a Bergfeld en aquella oportunidad.
"Él (Lonnis) debe seguir un proceso de fortalecimiento de la rodilla, a cargo de nuestro preparador físico, Wílliam Todd, a quien le indico los ejercicios que debe seguir Erick", explicó Ulloa, ayer por la tarde.
Para el especialista, ese proceso de fortalecimiento debe finalizar en abril, antes del retorno a la competencia plena. "Yo lo preferiría así", aconsejó.
"Estaba con ganas de llegar al entrenamiento, muy emocionado. Sin estrés... solo un poco preocupado porque había mucho tránsito, y ustedes pueden entender que no quería llegar tarde.
"Cuando entré al camerino, lo primero que pensé fue en cómo sería el entrenamiento y si habría trabajo de porteros."
Ayer Lonnis escuchó la charla del entrenador, Alexandre Guimaraes, calentó músculos junto con José Francisco Porras, trotó alrededor de la cancha del Cuty Monge y jugó una mejenguita .
Los saludos y las bromas de sus compañeros, los parabienes de los aficionados que llegaron al Saprissa, las preguntas de la prensa, todo formó parte del primer día del retorno de Erick Lonnis.
Al final de la plática dejó ir una de las tantas enseñanzas que le dejó la experiencia: "Ratifiqué lo importante que es ( el futbol ) para mi vida."