La vida de Toribio Rojas Gamboa como técnico de futbol, tuvo un giro radical en las últimas temporadas. Lo principal para él fue que revivió la ilusión de dirigir, aunque un poco lejos de la patria.
A sus 55 años, cumplidos el mes pasado, Toribio radica en el sugestivo y atractivo Puerto Rico, donde renovó sus ideales y es el entrenador y supervisor de todas las selecciones nacionales de futbol en la isla más oriental de las Antillas Mayores, en el Caribe.
Su contrato suscrito en setiembre pasado, se prolongará tres años más, hasta el año 2002, fecha en que finaliza el actual período de los dirigentes de la Federación Puertorriqueña de Futbol.
El debut oficial en el banquillo del equipo azul con blanco, en ruta al Mundial 2002, se le presentará el sábado de la próxima semana, en juego como visitante ante Aruba, en Oranjestad.
"Estoy muy ilusionado de trabajar este reto. Es como una renovación de mi espíritu, porque no solo trabajo con los equipos mayores de hombres y mujeres, sino con jóvenes de la Sub-17 y Sub-20, que es mi locura de siempre".
La entusiasta expresión de Toribio la hizo ayer en la mañana, vía telefónica desde la sede federativa, ubicada en el gimnasio que lleva el nombre del mítico exbeisbolista Roberto Clemente, en San Juan, la capital boricua.
"Siento la misma alegría que tuve con San Carlos, San Ramón y Puntarenas. La meta es a largo plazo, porque el deseo es que Puerto Rico se haga sentir en dos años y se le respete en las Copas de Naciones del Caribe", acotó.
Rojas refirió que cargó sus maletas en 1998, después de un frustrado paso con el seleccionado mayor y luego de dirigir a Guanacaste, Carmelita y Pérez Zeledón, situaciones que prefiere enterrar en el baúl de los recuerdos.
Todo surgió, dijo, como resultado de un convenio de colaboración que le propuso el Consulado de Costa Rica en Puerto Rico, para implementar el desarrollo de su futbol, frente a los deportes tradicionales como béisbol y boxeo.
Al inicio dirigió escuelas de futbol de la firma Frayggomar, en todas las categorías, por cuatro meses en el 98 y cinco en el 99.
Un futbol peculiar
"El futbol aquí es peculiar y bonito. Los trabajos con los muchachos se realizan entre familia, pues los padres traen a sus hijos y son los principales críticos que tienen, porque siguen los entrenamientos desde el graderío".
Toribio lo describió como un futbol rudimentario y pobre en contenido económico, cuya Federación subsiste con la ayuda anual para el desarrollo de la FIFA por $250.000 (¢75 millones).
El comercio destacó despertó hasta ahora luego de la Copa Puerto Rico 2000, que se celebró la semana pasada en San Juan.
Luego apuntó que las tres derrotas ante el Tampa Bay de la MLS (0-4), el Dinamo Minsk de Bielorrusia (0-5) y la Sub-23 de Costa Rica (0-2), fueron asimiladas como "un valioso aprendizaje para perder el miedo escénico".
El estratega añadió que los futbolistas del seleccionado puertorriqueño son netamente "amateur" y solo pueden entrenar por las noches, porque todos estudian o trabajan en diversos oficios.
"Aquí lo normal es entrenar apenas dos veces a la semana, pero los convencí de hacerlo en cuatro, para la Copa Puerto Rico y la primera eliminatoria contra Aruba, la próxima semana".
No es optimista por la serie del 11 de marzo en Aruba y el 18 en Puerto Rico, pero añadió que confía mucho en dar una sorpresa.
"Mi equipo es novato en clase A. No es táctico ni técnico, pero está bien dotado físicamente".
Un apoyo fiel
Toribio Rojas se siente fielmente respaldado por las autoridades federativas locales, en especial por su presidente, Luis Russi, y el secretario, Juan Manuel Villa.
"Se trabaja sin presupuesto, pero hay mucha mística y ellos creen en mi trabajo, luego de lo hecho en el Frayggomar", dijo.
En su cuerpo técnico cuenta como asistente con el español José Luis López, con 30 años de radicar en Puerto Rico; y el brasileño Charles Gatinho, con cinco de vivir en la isla y a quien le delegó la dirección del equipo femenino.
"Aquí gano bien y en comparación con Costa Rica, donde estaba bien cotizado, un poco más..., pero mi interés es solo deportivo".
Rojas negó la versión de que nunca más dirigirá un club en Costa Rica, luego del diferendo económico con la Fedefut, que lo destituyó como seleccionador tras el fracaso en la Copa Uncaf 95.
Agregó que parte de su familia (su esposa Ana María y una de sus cuatro hijas, Carmen Patricia), lo acompaña en su apartamento en Río Piedras, que dejará hoy para trasladarse a una zona residencial, Villas del Señorial.
En sus ratos libres, dijo, ayuda como voluntario al cónsul tico, Alexánder Montero, y visita las bellas playas de Puerto Rico.
Este es el presente de Toribio, quien recuperó la fe en un país que busca evolucionar en futbol.