Tacna (Perú), 13 jul (EFE).- Nadie sabe cómo se escriben en el papel las expresiones, pero una orden, un pedido de pase, una advertencia en "patúa" durante un momento crucial del partido de mañana contra Chile pueden darle a los jugadores de Costa Rica la anhelada clasificación para la segunda fase de la Copa América.
"En Costa Rica hablar 'patuá' es tan común como hablar español, pero aquí, en la Copa América, quien nos escuche queda extrañado", dijo a EFE Whayne Wilson, delantero suplente de la selección de Jorge Luis Pinto.
Si Wilson no entra en la cancha para confundir con su regates y con sus extrañas palabras a los defensas chilenos, con seguridad lo pueden hacer los titulares habituales Try Bennette, Andy Herron y Mauricio Wright.
"Todos tenemos ascendencia jamaiquina, lo aprendimos de niños y cuando estamos juntos o jugando, lo hablamos", manifestó Wilson, delantero del Cartago con una inmensa carcajada de dientes blanquísimos.
Para Wilson, el patúa es un dialecto "que no es inglés cien por cien".
En realidad podría definirse como el resultado de la combinación indiscriminada de cinco lenguas, entre ellas el inglés y el francés, que se formaron en América durante la época de la colonia.
En el "patuá" se rompen las estructuras gramaticales de la lengua madre y por eso, quien lo aprende lo incorpora de oído, sin saber en realidad cómo se escribe.
Así las cosas, sin tiempo para hacer un curso acelerado de "patuá", los jugadores chilenos tendrán que aprender hoy de memoria el libreto táctico de Javier Olmos para impedir que la improvisación de los músicos de Jorge Luis Pinto eche por la borda sus sueños de clasificación para los cuartos de final. EFE
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