
MANCHESTER, Inglaterra (AFP) - El Manchester United ridiculizó el martes a la defensa del AS Roma tras la victoria por 7-1 en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones de fútbol, con lo que alcanza sus primeras semifinales del torneo desde el año 2002.
El técnico Alex Ferguson había pedido a los suyos un esfuerzo para encontrar el camino del gol tras la derrota de la ida en la capital italiana (2-1), y el reciente revés sufrido en la Premier League ante el Portsmouth.
Su petición fue escuchada, ya que el equipo fue un vendaval ofensivo que arrolló a los romanos sin ningún tipo de piedad, marcando en un partido más goles que los que había recibido su rival en los nueve choques anteriores de esta competición (5).
"Cuando marcamos el tercero, me di cuenta de que sería algo grande. Fue un partido de una calidad excepcional. Un día especial, algo poco común", señaló el técnico escocés.
La "catedral" de Old Trafford vivió así una noche europea histórica, que también pasará a las páginas más negras de la trayectoria del AS Roma en la máxima competición continental de clubes.
La goleada la abrió Michael Carrick en el minuto 12, aprovechando un error del arquero brasileño Doni para romper la resistencia italiana, algo que los locales aprovecharon para endosar otros dos tantos en los siguientes ocho minutos, con Alan Smith y Wayne Rooney abriendo distancias en el marcador.
Poco antes del descanso, el portugués Cristiano Ronaldo colocó el cuarto en las redes rivales, dando la tranquilidad absoluta a los suyos para afrontar la segunda mitad como un paseo triunfal, camino de las ansiadas semifinales de la Champions.
De nuevo Cristiano Ronaldo (49) y Carrick (60) aumentaron la cuenta del Manchester y desataron el delirio en las gradas, con unos aficionados aún sorprendidos por la extraordinaria goleada de los suyos ante un equipo italiano que cuenta con la defensa como uno de sus puntos más fuertes.
El tanto del honor fue obra de Daniele De Rossi, que no conseguiría maquillar un resultado abultado que se vio incrementado en el 81, hasta el 7-1, definitivo gracias a una acción exitosa de Patrice Evra.
Los 3.800 aficionados italianos desplazados a Inglaterra no dieron crédito a la caída estrepitosa de su equipo, que tras dar la sorpresa en la ronda anterior y eliminar al pentacampeón francés Lyon se quedaron fuera de la Liga de Campeones con el sabor amargo de una inesperada humillación.
En Manchester, las últimas heridas sanaron de forma automática y el equipo afronta el futuro como líder de la Premier League y semifinalista de la Champions, soñando con el doblete a pesar de la amenaza de su gran rival, el Chelsea, que también aspira al trono en ambas competiciones.
El entrenador romano, Luciano Spalletti, no salía de su asombro: "es difícil de explicar lo que pasó, en particular porque el equipo comenzó bien en los primeros diez minutos. Pero ellos en su primer ataque marcaron, y después no supimos contrarrestar su entusiasmo, y nuestra inexperiencia se vio en sus contragolpes".
Antes del partido se registraron escaramuzas entre hinchas de ambos equipos en los alrededores y accesos del estadio, lo que obligó a la policía a intervenir y realizar algunas detenciones.
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