La llamada de su madre, Pamela Reyes, lo dejó frío. Por su cabeza nunca pasó semejante noticia, y las lágrimas recorrieron sus mejillas.
La reacción de Kenay Myrie asustó a su padre, Roy, quien almorzaba con él en su casa cuando sonó el teléfono. En ese mismo momento, en el Proyecto Gol, Miguel Herrera, técnico de la Selección Nacional, leía el nombre de Kenay Myrie como uno de los convocados a la Tricolor.
Miguel no supo pronunciar correctamente el nombre de Kenay, o lo dijo de manera diferente: “Kenay Mayré de Saprissa”, mencionó Herrera el miércoles de la semana pasada. A Pamela no le importó cómo lo dijo el seleccionador; ella estaba segura de que se trataba del Popillo Myrie, su hijo.
“Como padre soñaba con que lo llamaran, y ese día estaba en la casa almorzando con Kenay. Mi esposa, quien estaba en el trabajo, vio la convocatoria en una pantalla del evento donde se encontraba. De inmediato lo llamó y a él le dio mucha alegría, se le salieron las lágrimas. Al verlo así, me preocupé, porque a veces las llamadas sorpresa pueden ser para una alegría o una mala noticia.
“Se le vinieron las lágrimas, es un chiquito que tiene grandes sueños y él ve que Dios ha sido muy bueno con él. Las cosas se le dan y se emocionó”, recordó Roy Myrie sobre la primera convocatoria de su hijo a la Tricolor.
Roy se unió a la alegría de su hijo, lo felicitó y le expresó que este es el fruto del esfuerzo y la dedicación con la que trabaja en el fútbol.
“Es un chiquillo aplicado, disciplinado, y este es solo el principio de muchas cosas buenas para él”, indicó Myrie, quien agregó que el llamado de Miguel Herrera lo tomó por sorpresa.
“Fue inesperado, uno entiende que cuando Kenay tenga más minutos en Saprissa puede ser tomado en cuenta. Es un joven con características interesantes y eso llama la atención por su biotipo. Con el trabajo y el aprendizaje indicado, es un buen prospecto”, opinó Roy Myrie.

Roy resaltó que ese instante con su hijo lo hizo volver al pasado y recordar cuando escuchaba su nombre como seleccionado nacional.
“Fue una alegría inmensa, me hizo trasladarme a mis tiempos de Selección. El orgullo más grande que puede tener un jugador es representar a su país, y a veces uno no dimensiona la magnitud de las cosas. Uno se alegra, pero más en calma dice: juepucha, qué orgullo que un hijo mío represente a Costa Rica. Es un honor que Dios nos da de ver a nuestro hijo en la Sele”, expresó Roy.
Ahora que Kenay se unió al conjunto nacional, Roy le pide a Dios que lo guíe, lo proteja y le dé sabiduría.
“Está muy joven y tiene muchas cosas por mejorar, pero ya tener la bendición de ser seleccionado me trae recuerdos muy bonitos”, señaló Roy Myrie.

Este miércoles, a las 6 p. m., Costa Rica se mide en un partido amistoso ante Estados Unidos, en la ciudad de Orlando. La pregunta era inevitable: ¿espera ver a su hijo como titular?
“Titular no, uno quisiera que así fuera, pero hay que entender que los procesos se deben respetar, y quizá ahorita hay chicos que están mejor que él, en el sentido de tener más rodaje o experiencia”, comentó Roy con la sabiduría de un padre que sabe muy bien lo que es estar en un camerino.
“Algunas cosas se le pueden dar a uno como joven, pero otras hay que esperar y respetar. Como futbolista entiendo que hay un proceso que se debe pasar, y él debe comprender que hay que ganarse las cosas, tener constancia y trabajar duro”, destacó Roy Myrie, quien este miércoles estará pendiente del televisor, del partido, no solo porque es un tico más que desea el triunfo de la Tricolor, sino porque ahí estará su hijo. Y aunque no lo dijo, probablemente cruzará los dedos para que le den minutos y verlo con la camisa de la Selección, la misma de color rojo que él defendió en 24 partidos y con la que anotó seis goles.
