Madrid y Almería (DPA). El técnico mexicano Hugo Sánchez dejó el Almería de la forma más silenciosa y siniestra posible, sin ni siquiera tener la opción de despedirse de los jugadores ni de explicarse ante la hinchada.
Hugo Sánchez fue destituido en la noche de ayer después de caer 2-0 ante el Espanyol. Los directivos andaluces tenían prisa por echarlo y pidieron prestado un despacho del estadio visitante para consumar la decisión.
Hugol fue despedido tras el último partido del año, después de 15 jornadas de la Liga española, y menos de 12 meses después de haberse hecho cargo del equipo. No duró ni un año en Almería.
La destitución fue acompañada de un frío comunicado: “El club quiere agradecer públicamente la profesionalidad, el trabajo y la dedicación de Hugo Sánchez y Sergio Egea (segundo entrenador) durante el período de tiempo que han estado en el Almería, pero se ve obligado a tomar esta decisión en busca de la reacción del equipo”.
Más o menos es lo mismo que se leyó en diciembre del pasado año con la destitución del antecesor de Hugo Sánchez, Gonzalo Arconada. El mexicano se convirtió en el sétimo entrenador destituido por Alfonso García, presidente del Almería, un especialista en firmar finiquitos.
El estadio Juegos Mediterráneos, campo del Almería, parecía hoy un cementerio, tan silencioso como estaba. Los jugadores no se entrenaron porque ya estaban de vacaciones y, por descontado, Hugo Sánchez tampoco tenía demasiado que hacer.
Aunque, bien mirado, el mexicano también se ahorró así cosas que seguramente le incomodaban. Porque la realidad es que Hugo Sánchez no dejó muchos amigos en el Almería.
Para empezar, el divorcio entre la hinchada y entrenador se consumó en la anterior jornada, cuando los 10.000 espectadores que estaban en las gradas pidieron a gritos: “¡Hugo, vete ya!”. Fue lo que el presidente estaba esperando, una razón de peso para despedir al entrenador.
Con la directiva tampoco se llevó muy bien y el mexicano nunca tuvo inconveniente en criticar en sus ruedas de prensa el equipo que le habían dejado sus dirigentes tras las ventas de jugadores como Alvaro Negredo o Bruno.
Luego están los futbolistas, a quienes también envió dardos. “Con lo que tenemos es a lo que podemos aspirar”, dijo tras una derrota reciente.
Y tampoco se llevó mucho mejor con la prensa. Hugo Sánchez no concedió entrevistas personalizadas durante su año en Almería. Salvo una excepción: cuando se acercaba la fecha del partido ante el Real Madrid.
Entonces sí accedió al diálogo con periodistas, a quienes insistió con la misma frase: “Sueño con entrenar al Real Madrid y estoy preparado”. Ni que decir tiene que esas afirmaciones nunca sentaron bien entre la hinchada del Almería.
Ahora Sánchez, de 51 años, es un entrenador más sin trabajo y se desconoce cuál será su próximo destino. Por lo pronto, suma la “mancha” de su primer despido en la Liga española, por lo que todavía deberá seguir haciendo méritos para entrenar algún día al Real Madrid.