La paridad sancarleña estuvo rodeada de polémica y drama. Los futbolistas cartagineses alegaron que la falta de José Calderón, contra el volante Rolando Araya y que el árbitro William Mattus sancionó como penal, se dio fuera del área grande.
Un minuto después de las protestas, el defensa norteño Martín Estrada se ubicó sobre el punto de castigo, desde donde lanzó un remate violento, a media altura, que el arquero brumoso repelió con sus puños. Tras la acción, que se vivió con angustia en las gradas, la fortuna le sonrió a Estrada porque el balón dio un extraño giro y cayó sobre su cabeza y, entonces, solo tuvo que empujarlo para enviarlo a la red.
La anotación hizo prevalecer el imperio de la justicia, en un cotejo que se jugó en una cancha enlodada y no apta para el futbol.
Gran día
González realizó ayer su primera gran intervención a los seis minutos y a partir de ese momento comenzó a crecer.
Asediado en los minutos 21, 22 y 23, el arquero blanquiazul respondió con calidad y oportunismo. Su colega Yehudi no dudó mucho en responder con excelentes atrapadas, por lo que la tarde se convirtió, poco a poco, en un duelo de arqueros norteños. (No hay que olvidar que Fausto es de Ciudad Quesada).
Pese a la excelente disposición de los arqueros, Luis Coto sorprendió a Zamora en el 28', con un remate que se le fue al guardameta entre sus piernas.
Al 43', un disparo de Aldrin Vargas venció a un Fausto, quien se empeñó en jugarse un gran partido en el estadio Carlos Ugalde, donde estaban sus padres y familiares.