Río de Janeiro. Dos procesos entablados por el futbolista Romario contra el Flamengo por un monto equivalente a 6,4 millones de dólares pueden dejar al más popular equipo de futbol de Brasil con todos sus bienes empeñados, informa hoy la prensa de Río de Janeiro.
El delantero, de 36 años, exige al Flamengo en los tribunales el pago de diez millones de reales (unos 3,5 millones de dólares) por la explotación publicitaria de su imagen durante las temporadas de 1995 y 1997.
El abogado del jugador, Eduardo Weaver, afirmó que la sentencia definitiva puede obligar al club brasileño a empeñar la mayoría de sus inmuebles, entregar algunas cuotas de patrocinio y hasta ceder los derechos deportivos sobre algunos jugadores del plantel.
Un juez civil de Río de Janeiro falló en primera instancia a favor del ex jugador del Barcelona y del Valencia españoles y los abogados del Flamengo han apelado contra la sentencia ante el Superior Tribunal de Justicia, en Brasilia.
"Si se confirma el fallo, el Flamengo podrá quedar impedido de vender sus propiedades y tener bloqueadas sus cuentas hasta que los directivos reúnan y paguen el monto de la deuda", dijo Weaver a periodistas.
En otro proceso, Romario reclama el resarcimiento de salarios, primas y premios correspondientes a los últimos meses de su permanencia en el equipo rojo y negro, en 1999, y que sus abogados han calculado, sumados los intereses por mora, en 2,9 millones de dólares.
El Flamengo, que se precia de tener alrededor de 34 millones de seguidores en todo el país, afronta la peor crisis financiera en sus 107 años de historia.
Demandas e investigaciones judiciales abiertas contra los últimos directivos provocaron el mes pasado la destitución del presidente Edmundo Santos Silva y el nombramiento de una junta administrativa que actualmente negocia la refinanciación de deudas y la obtención de nuevas financiaciones externas para evitar la bancarrota.
El diario deportivo "Jogo Extra" calcula hoy que de ganar Romario las dos causas, el Flamengo deberá empeñar el terreno donde se construye su nueva sede, así como varios apartamentos, la casa de concentración y los pases de tres de los jugadores más valiosos, el portero Julio César, el centrocampista Felipe Mello y el delantero Andrezinho.
Edición periodística: Gerardo González y Juan Fernando Lara . Fuente: agencias.